Si en algo estamos todos de acuerdo, es en que podríamos clasificar a la humanidad de dos formas: los que temen al mar y los que no pueden vivir sin él. Los primeros ven peligros con tan solo meter un pie en el agua, pero la realidad es que, aunque ese peligro sea mínimo, siempre está presente; por eso debemos ser precavidos ante este tipo de sucesos.
Aunque su nado sea hipnótico y su apariencia de extraordinaria belleza, las medusas son uno de los peligros más frecuentes, y su presencia puede hacer que no disfrutemos de un refrescante baño veraniego. No todas las medusas nos pueden causar ese picor que las hace famosas cuando sus tentáculos rozan nuestra piel, pero es recomendable que nos alejemos de ellas si las vemos.
Si ya nos han picado, lo primero que tendremos que hacer es retirar al animal o sus restos con una superficie plana, como puede ser una tarjeta, y a continuación limpiar con suero fisiológico, ¡nunca con agua dulce! Se puede neutralizar el veneno con bicarbonato diluido en suero fisiológico. Si después, la zona ha quedado inflamada y enrojecida, podemos aplicar hielo en un paño para calmarla.
Por último, si queremos evitar que nos queden marcas de este mal encuentro, deberemos aplicar protección solar.
Por otro lado, en las aguas del Mediterráneo es frecuente encontrar peces araña, estos se encuentran enterrados bajo la arena por lo que es más difícil percatarnos de su presencia. Cuando es pisado, a modo de defensa, puede clavarnos sus espinas venenosas ocasionando un fuerte dolor.
Si corremos con la mala suerte de encontrarnos con este pez y que nos acabe inoculando su veneno, deberemos retirar las posibles espinas que nos queden clavadas y recordar que se trata de un veneno que se inactiva con el calor, por lo que deberemos introducir la zona afectada lo más rápido posible en agua muy caliente, a unos 43 grados centígrados durante 30 o 90 minutos.
Y ya, por último, conocer cómo actuar ante las lesiones que nos pueda ocasionar los erizos de mar. Estos invertebrados se encuentran en nuestras costas, pueden clavarse alguna de sus púas en nuestro cuerpo y acabar produciendo un molestísimo dolor. Estos animales se encuentran en zonas rocosas, por lo que un calzado adecuado nos evitará alguna que otra molestia.
Lo más importante, si nos ha picado un erizo, será quitar las espinas del animal por completo para evitar que nos siga inoculando veneno. Posteriormente, limpiaremos la zona con agua y jabón, dejando que se airee la herida sin utilizar apósitos ni tiritas, ya que esto nos permitirá que los poros de la piel respiren y eliminen de manera natural el posible veneno que haya quedado.
Si la inflamación no cesa, es posible que aun pueda quedar veneno o restos del animal dentro, por lo que será recomendable consultar a cualquier profesional sanitario como actuar y evitar tomar decisiones propias arriesgadas.
En todos los casos, si el dolor persiste, antes de tomar cualquier decisión en relación con medicamentos, recuerde consultar con su farmacéutico o médico.
En resumen, saber cómo actuar ante los posibles peligros que podemos encontrar en el mar y tener las herramientas necesarias, nos permitirá poder disfrutar el máximo posible de este gran regalo que nos ha dado la naturaleza.
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*Adrián Domingo es Farmacéutico en Farmacia Progrés