«Me gustaría trabajar en esta empresa; me siento muy cómoda y creo que puedo puedo llegar lejos». Belén Asuez tiene de 19 años y es alumna del programa de enseñanza de FP Dual de pintura, reparación y construcción de elementos de plástico reforzado con fibra de embarcaciones deportivas. Actualmente realiza sus prácticas en la empresa mallorquina Nautipaints.
Noelia Molina, en cambio, sueña con la posibilidad de que la empresa donde aprende el oficio, Pinmar, le ofrezca la oportunidad de trabajar en alguna de sus varias sedes en el extranjero.
Ambas confían en ser trabajadoras del sector náutico una vez finalizado su periodo de aprendizaje, dividido en nueve meses de prácticas y 500 horas (100 de ellas dedicadas al inglés) de formación teórica.
Son las únicas mujeres entre un grupo de 25 alumnos. Cada mañana se desplazan junto al resto de sus compañeros hasta el polígono de Son Oms para trabajar en horario intensivo (de 8 a 15 horas) en tres de las empresas estratégicas del sector de la pintura: Pinmar, Nautipaints y De Cabo. Su objetivo es aprender un oficio con alta demanda bajo la supervisión de un coordinador que les atiende y les explica paso a paso cada uno de los trabajos que deben realizar.
«He aprendido a manejar la lijadora, que es lo que más me gusta, aunque todavía me queda muchas cosas por saber», explica Belén. A Noelia, de 23 años, se le da bien reconstruir piezas con masilla, y también lijar. «Es un trabajo duro, pero cuando lo ves acababo, lo agradeces».
La jornada laboral de estos jóvenes aprendices está remunerada por el Servei d’Ocupació de les Illes Balears (SOIB), que ha realizado esta convocatoria pionera en el sector náutico a petición del Balearic Marine Cluster y que ha sido impulsada por la Fundació Universitat Empresa de les Illes Balears (FUEIB).
SECTOR CON FUERTE DEMANDA
Toni Salom, CEO de Nautipaints, indica que la finalidad del programa es formar a los jóvenes para que puedan ocupar los puestos de trabajo que el sector demanda. «Tenemos que subcontratar a personal de otros países como Grecia porque aquí no hay gente cualificada». La idea es dar un giro a esta situación para que personas como Belén y Noelia se incorporen a la plantilla de empresas como Nautipaints, en cuyas instalaciones se pintan 15.000 piezas anuales para barcos de gran eslora en reparación, tanto en su sede de Palma como de Barcelona.
Los alumnos están adquiriendo las competencias para acceder directamente al mercado laboral con una titulación oficial que es equivalente a una FP de grado medio. A veces, reconoce Pedro Suasi, gerente del Balearic Marine Cluster, «lo más importante es hallar la fórmula más adecuada a la preparación que se requiere para este tipo de trabajos; confío en que esta vez demos con la clave».
Noelia y Belén son las dos únicas mujeres que se animaron a enviar su currículum para acceder las plazas que ofertaba el SOIB en su anuncio. Aunque es evidente que son tan aptas como los varones, todavía existe una especie de barrera mental invisible que impide la incorporación de mujeres a los trabajos que tradicionalmente vienen realizando los hombres en el sector náutico.
«Las mujeres deberían arriesgarse más porque no es verdad todo lo que dicen por ahí. Tienes que verlo con tus propios ojos. Este es un trabajo unisex en el que ser chica no representa ningún hándicap. Está claro que si quieres, puedes», afirma Noelia. Belén corrobora estas palabras y añade que tanto los profesores como el resto de compañeros las tratan como a iguales, con absoluta normalidad.
Para el director general de Pinmar, Peter Brown, la experiencia no puede ser más satisfactoria. «Estamos muy contentos con el trabajo y la motivación de todos estos jóvenes a los que nos encanta ayudar a formarse». En cuanto a las dos únicas alumnas, destaca su alto nivel de detalle, algo importantísimo en este mundo donde el cliente es tan exigente. «Es un trabajo artesanal. Los dueños de estos barcos no quieren un resultado de molde, sino que se vea que es algo único».
Sandra Peralta, coordinadora de esta FP Dual, también coincide con Brown al resaltar el esfuerzo de los alumnos y el alto nivel de aprendizaje que obtienen en las prácticas remuneradas. Y recalca «la respuesta y la buena disposición de las empresas que participan en esta convocatoria de formación profesional».