El conseller de Medio Ambiente y Territorio, Miquel Mir, y el director general de Espacios Naturales y Biodiversidad, Llorenç Mas, participado ayer en la suelta de 47 tortugas marinas (Caretta caretta) en la playa de Sa Mesquida, en el término municipal de Maó. Estos ejemplares, nacidos el verano pasado en el mismo lugar, son los primeros que, según la documentación existente, nacieron en una playa de las Illes Balears.
En el acto, se a contó con la representación de todas las administraciones y entidades que han participado en el proceso. En primer lugar, el personal del Servicio de Protección de Especies, Agentes de Medio Ambiente y del Consorcio de Recuperación de Fauna de las Illes Balears (COFIB), junto a unos 40 voluntarios y voluntarias del GOB Menorca, Menorca Preservation Fund, Per la Mar Viva y Obsam que custodiaron el nido a la playa. También asistió personal técnico del Laboratorio de Investigaciones Marines y Acuicultura (LIMIA), del Acuario de Sevilla (gestionado por la fundación Azul Marino), el Oceanográfico de Valencia, Marineland, Fundación Palma Aquarium y el centro de interpretación del Parque Nacional Marítimo-Terrestre del Archipiélago de Cabrera, que se han hecho cargo de los ejemplares durante un año. Finalmente, acudieron representantes de Balearia, que se ha encargado del traslado de las tortugas desde los diferentes acuarios hasta Menorca.
Mir agradeció la tarea «imprescindible y desinteresada» del voluntariado, «una muestra más de lo importante que es la conciencia ambiental de la ciudadanía de estas islas». «Poder devolver al mar las primeras tortugas que han nacido en una playa del archipiélago es un gran hito en la gestión de la biodiversidad. Pero no tenemos que perder de vista que este fenómeno, cada vez más recurrente, es una consecuencia más de la emergencia climática que vivimos», añadió.
Las 47 tortugas que se han devuelto al mar lo han hecho con un peso medio de 1,2 kg y una longitud de unos 20 cm. Gracias al programa head-starting, los ejemplares han podido lograr los parámetros adecuados para su liberación, puesto que se ha incrementado la capacidad de adaptación y supervivencia en el medio. Todos ellos traen incorporado un chip, que permitirá identificarlos. Además, una de las tortugas lleva incorporado un sistema de geolocalización para poder seguir su trayectoria.
Antes de soltarlas, las tortugas han sido sexadas gracias a la colaboración del Oceanográfico de Valencia y el Hospital Veterinario Aragón de Mallorca. Los resultados indican que un 21% de los ejemplares son hembras y un 79% machos, lo que aporta datos sobre la temperatura en que se tienen que desarrollar los huevos. Así, tal como indican las observaciones de los expertos, una temperatura más alta – como la que se tiene a las incubadoras – permite que haya una ratio mayor de hembras.
La puesta de Sa Mesquida fue la primera de 2020. Hay que recordar que, después, hubo otra en Cala Nova y en Cala Pilar. Para garantizar el desarrollo correcto de los quelonios, el personal técnico de la Conselleria ha decidido escalonar la suelta de los ejemplares de estas postas.
Desde el Servicio de protección de especies recuerdan que ya ha empezado la época de nidificación de las tortugas marinas en el Mediterráneo occidental y que es importante que, si se encuentra un rastro en la arena, se telefonee enseguida el 112 para activar el protocolo. Para no generar estrés al animal, es necesario no acercársele ni deslumbrarle con linternas o flashes. Igualmente, y para proteger el posible nido, no se tiene que difundir su ubicación a través de las redes sociales.