Salvamento se emplea “a fondo” para rescatar a dos tripulantes de un barco que se iba a pique

La operación se desarrolló la pasada madrugada al sureste del Cabo Blanco. Los ocupantes del velero y su perro se encuentran sanos y salvos

Dos personas y un perro han sido rescatadas esta madrugada por Salvamento Marítimo de un barco que se encontraba a la deriva a 28 millas al suroeste de Cabo Blanco, en la Bahía de Palma. La evacuación ha sido muy complicada debido al mal tiempo. "Nos hemos tenido que emplear a fondo", ha asegurado el jefe de Salvamento Marítimo en Palma, Miguel Félix Chicón.

El servicio de Salvamento Marítimo Palma fue alertado durante esta madrugada por el velero de bandera francesa Berzanne a través de la estación costera de Palma Radio, al encontrase sin gobierno por problemas mecánicos y riesgo de hundimiento, con dos personas a bordo.

Se movilizó la embarcación de Salvamento Marítimo Salvamar Acrux, con base en Puerto Portals, que logró rescatar a los dos tripulantes junto a su perro y enseres personales. Los  servicios de emergencia les trasladaron a Puerto Portals , donde les esperaba la Guardia Civil y personal sanitario para atenderles.

El velero hundido en una foto de archivo.

El rescate ha sido muy complicado porque el viento le venía de proa a la lancha de salvamento y había olas de tres metros. La embarcación, un velero de 26 pies botado en 1975, no pudo ser remolcado a tierra debido a su mal estado y a una vía de agua que hacía prever su inminente hundimiento.

El barco partió hace unos días del puerto de Motril y se dirigía a Eslovenia con un hombre, una mujer y su perro a bordo. Se da la circunstancia que un velero de idéntico nombre y bandera francesa ya tuvo que ser rescatado hace casi dos meses en el Golfo de Brest.

La Marina Nacional Francesa informó el pasado 17 de marzo de las dificultades que presentaba una embarcación llamada Berzanne con dos tripulantes a bordo. El barco tuvo que ser remolcado hasta el puerto de Camaret, el oeste de Francia, por el dragaminas l’Aigle.

Atrapados en el paraíso

Parece ser que el Brezanne había llegado al Mediterráneo tras navegar por el Atlántico hasta las Islas Azores, un lugar que se ha convertido en un faro en esta crisis provocada por la pandemia del COVID-19 para las embarcaciones que trata de cruzar el océano.

Aunque no era el caso del velero francés, muchas embarcaciones de recreo y sus tripulantes se encuentran atrapadas en el Caribe. La crisis sanitaria ha llevado a que las autoridades de la mayoría de los países cierren sus puertos a los visitantes por temor al contagio que viene del exterior.

Según una información aparecida en The Guardian, ahora mismo hay cientos de veleros fondeados en aguas del Caribe sin acceso a un puerto seguro, una situación que se puede volver peligrosa a medida que se acerca el mes de junio, cuando se inicia la temporada de huracanes.

El único lugar donde estos marinos, la mayoría vive a bordo de su embarcación, serán aceptados y podrán poner a salvo sin problemas su barco y su casa es en su país de origen. El diario británico estima que unos 500 barcos tienen previsto cruzar el Atlántico hacia Europa en las próximas semanas.

Sin embargo, el cruce del Atlántico supone un riesgo para para muchos. Algunos deben afrontar la travesía en solitario en pequeño veleros al no encontrar a nadie que se una a la tripulación y otros, con los puertos cerrados a los extranjeros, están teniendo problemas para aprovisionarse para un viaje que supone navegar 3.600 millas por mar abierto.

Para reducir el riesgo, el Ocean Cruising Club (OCC) está poniendo en contacto a capitanes de barcos que se encuentran en esta misma situación y que tienen previsto dirigirse a Europa a fin de que puedan compartir información y se apoyen mutuamente en el cruce.

Organizar una flota para una travesía conjunta no es posible pues los barcos están dispersos por todo el Caribe y sus velocidades y destinos también son diferentes pero, por lo menos, unos podrían prestar ayuda a los otros si surgen problemas en la travesía.

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