Líneas clásicas, cubierta e interiores de madera. Al Savannah sólo le delatan su casco y su mástil, que son de carbono. Es un auténtico Espíritu de Tradición que navegó el pasado mes de agosto por Baleares. Primero de vacaciones en Mallorca e Ibiza, y, luego, en Menorca para participar en la Copa del Rey Panerai de Barcos de Época del Club Marítimo de Mahón.
La historia del Savannah se remonta a 1992, cuando un regatista estadounidense contrató a la directora de la Clase J Elizabeth Meyer para que le ayudase a crear un clásico moderno. Quería una réplica del fantástico Endevour, pero con 100 pies menos.
UN CLÁSICO DE CARBONO
El elegido para diseñarlo fue el estudio Pedrick (Newport) para el casco y el aparejo, y John Munford (Southampton) para la decoración interior. Ambos trabajaron en equipo para crear el Savannah. El resultado fue un sorprendente y hermoso yate al estilo de principios de siglo XX. Poco después de su botadura en 1997, el Savannah fue galardonado como “Best Sailing Yacht” por Showboats Internacional y la Super Yacht Society.
Fue construido para ser ligero y por eso se usó la fibra de carbono. El resto es igual al Endevour. Tiene una chimenea de madera y las bañeras son como las de antaño. Un auténtico salón clásico con su librería.
Fue construido en EEUU en 1996 y botado un año después. Su actual propietario, el británico Hugh Morrison, confiesa que él proviene de la vanguardista clase Wally y de los Maxis, aunque tenía claro que quería un barco que no envejeciera. El Savannah tiene casi 20 años y “nunca pasará de moda”, dice Morrison.
Su armador explica que “es un barco de carbono, así que cuanto más viento, mejor. Si tuviera un clásico no querría navegar con más de 25 nudos, pero con el Savannah no hay problemas, navega muy bien”.
Cuenta con una tripulación de 25 personas, todos amigos, para las competiciones, pero se puede manejar sin problemas entre dos personas, asegura Morrison.
AMARRE GRATIS
El Savannah tiene su base en invierno en Saint Tropez. “La oficina de Turismo nos permite tener allí el barco, junto a otros cuatro clásicos, de forma gratuita. Nosotros solo pagamos la electricidad y el agua. Es un buen trato para ambos”, reconoce Morrison.
En verano el barco participa en las regatas que componen el circuito Panerai: Antibes, Cannes…y este año por primera vez Mahón. Asegura que repetirán.