Miquel Obrador es un veterano líder vecinal. Presidente de la Asociación de Vecinos Es Born y de la Segunda y Tercera Edad de Es Molinar, asegura representar a 1.300 personas, el 60% de ellas vecinas de Es Molinar. «Tenemos mucha actividad y arrastramos a gente de otras barriadas», afirma con orgullo. Desde su fundación, ha participado como interlocutor en todos los proyectos de mejora del barrio. Está a favor del segundo proyecto de ampliación del Club Marítimo y dice respetar la opinión de la Plataforma Ciudadana Port Petit. Eso sí, recuerda que quienes ahora se oponen frontalmente a la renovación del Club Marítimo Molinar de Levante son los mismos que se manifestaron contra la construcción del paseo que hoy disfrutan todos los ciudadanos de Palma y cuyas virtudes ya nadie se atreve a negar. «Somos una asociación constructiva, que dialoga y trabaja por la mejora del barrio. No hacemos política, sólo defendemos los intereses vecinales».

­Cualquiera que lea la prensa diría que todos los vecinos del Molinar están contra el proyecto de ampliación del Club Marítimo.

El Club no ha potenciado la opinión de la calle, o no desde luego en la manera que lo ha hecho la Plataforma Port Petit, que está formada por gente a la que yo veo cada día y por la que tengo respeto. En nuestra asociación, que como ya le he dicho representa a muchísima gente del barrio, pensamos de una manera constructiva. Podemos arrastrar a diez veces más gente que Port Petit. Ellos han recogido 20.000 firmas, de acuerdo. Pero yo creo que mucha de esa gente no ha conectado con la realidad. Y la realidad es que el segundo proyecto se ha consensuado con las entidades vecinales y que de las 14 que hay en el barrio, 13 apoyan al Club Marítimo. Lo que hay que preguntarse es cuáles son los fundamentos de quienes se oponen al club. ¿Son políticos o son vecinales? Esa es la cuestión. En cualquier caso, respetamos su opinión igual que esperamos que se respete la nuestra.

¿Quienes creen ustedes que debería decidir cómo ha de ser el Club Marítimo del Molinar del futuro?

El club lo tiene que hacer la gente marinera del barrio y la gente de club de toda la vida. Esta es nuestra posición. Y demostraremos que la mayoría de los vecinos del barrio y de Palma no están en contra.

Entiendo, por lo que dice, que a usted le gusta el segundo proyecto.

Así es, lo hemos consensuado. Una de sus grandes virtudes es que mejora el tramo del paseo marítimo en la zona del puerto… Mire, este club no está en condiciones: en verano huele, hay mosquitos, los chicos no tienen seguridad para salir por la bocana y la Autoridad Portuaria ha reconocido que no puede seguir así, que hay que reformarlo. Lo que decimos nosotros es que si se han reformado las casas de la primera línea, casitas que se caían, lo lógico es que el club pueda hacer lo mismo. Es de puro sentido común.

A ustedes no les gustó el primer proyecto.

No, pero el segundo sí. El Club Marítimo del Molinar tiene que tener una categoría acorde con el resto del barrio. Y una cosa importante: el centenar de amarres que se hacen de más no es para echar a los pescadores del puerto, gente humilde, sino para lo contrario: para que puedan seguir teniendo su barco. Una de las cosas que hicimos fue confeccionar una tabla de igualdad, pero de eso nadie habla. Lo que no aceptamos es que venga una gran empresa –prefiero no dar nombres, pero todos sabemos quiénes se dedican a esto– para quedarse con el puerto. Queremos que el Club Marítimo, que pronto cumplirá 100 años, sea del barrio.

La situación, vista desde fuera, parece que está enquistada, que hay dos bandos enfrentados.

Por nuestra parte no es así, ya he dicho que respeto a quien opina de otra manera. El Molinar es una perla de los mallorquines. Llevamos 20 años luchando por que este barrio mejore sin perder su esencia. No queremos hoteles grandes ni edificios como este tan horroroso que tengo a la espalda [un inmueble de cinco plantas construido en los años 70 frente al Club Marítimo], pero sí queremos que la ampliación del paseo marítimo la ganen todos los vecinos de Palma. Este paseo es el alma de Palma.

Recuerdo que hubo mucha oposición al paseo marítimo, pero hoy, como dice, lo disfruta toda Palma. En aquella época había un líder vecinal, Josep Lliteres, que estaba en contra y arrastraba a los medios y a la opinión pública. ¿Ve usted una analogía entre aquella oposición al paseo y la que ahora hay a la ampliación del club?

Me alegra esta pregunta, pero ya ha visto que prefiero no dar nombres. La oposición al paseo fue muy fuerte. Recuerdo que en la primera reunión a la que asistí con otras entidades vecinales y la Demarcación de Costas me quedé asustado. Era «no» a todo, por sistema. Se abstuvieron de colaborar, no participaron en nada de la mejora. Obviamente, si se hacía algo mal, ellos no tenían ninguna culpa. Nosotros ya optamos entonces por el diálogo con Costas. Resultado: conseguimos que el paseo se hiciera más bajo, que se instalaran escaleras, que se pusieran las escolleras y pozos absorbentes. Promovimos que los arquitectos e ingenieros se entrevistaran con los vecinos, puerta a puerta, pero la gente que usted ha citado nos dejó solos. Cada vez que se ha tenido que hacer un proyecto, nos hemos quedado solos. Incluso con la carretera. Hoy todo el mundo la usa y está encantado, como con el paseo, que es la mejor y más amplia zona pública de Palma, desde Joan Maragall hasta Es Carnatge. Es una de las pocas cosas que nos quedan en Mallorca. Y la defendimos nosotros solos. Pero no nos verá nunca presumir de ello.