Se puede pescar al curricán todo el año en Baleares, sin embargo, uno de los momentos realmente buenos es precisamente octubre. Tras la llegada de los reproductores en primavera o principios de verano, en otoño las crías ya tienen una buena medida y merodean el Mar Balear en sus primeras incursiones de caza. No haremos capturas de grandes presas en otoño, pero sí de hermosos y combativos ejemplares.
En octubre las llampugas ya tienen un buen tamaño y son muy divertidas de pescar. Saltan espectacularmente cuando se sienten atrapadas. Se pueden pescar varias, o muchas, de una sola tacada y haciendo pasadas por la zona. Con Pimientos y patatas son un manjar que hay que aprovechar en esta época, aunque parece que ya hay gente que está empezando a hacer conserva de llampuga para degustarlas todo el año. También puedes encontrar aquí una receta diferente para cocinarla.
Además de las llampugas, los «verderoles» pican como locos en octubre, especialmente cerca de lo orilla, por lo que se pueden pescar incluso lanzando desde tierra.
Otros pescados de curricán típicos de octubre son la bacoreta y la melva, que muchos confunden con crías de atún rojo o albacora. La forma más fácil de distinguirlas es por su color «atigrado» en el lomo, con destellos azulados. En septiembre y octubre, melvas y bacoretas son muy fáciles de pescar en todas las Baleares. Una pena, ya que en ésta época apenas llegan al medio kilo de peso. No crecerán mucho más, sobre todo la melva, pero sigue siendo una pena pescar túnicos tan pequeños. Lo ideal sería liberarlas todas, aunque den la talla legal. En cualquier caso, no son una captura muy apreciada en la cocina. Se pueden comer en un guisado con patatas, tipo marmitako, pero es mejor utilizar, en junio, albacora o bonito.
En otoño poco más se puede capturar al curricán en Baleares, una de las pocas modalidades de pesca deportiva en la que es fácil y efectivo liberar de inmediato sin causar verdadero daño al pescado. Aunque si queremos evitar pescar pequeñas melvas y bacoretas, lo mejor es usar cebo algo más grande. A las «plumas», «metralletas» y «cucharillas» pegan peces pequeños que no siempre queremos cocinar luego en casa. Busquemos, por tanto, capturas de cierto porte y liberemos de inmediato a las pequeñas, aunque tengan la talla legal. La satisfacción de dejar vivir es siempre mayor que la de pescar por pescar. Llenar un cubo de pequeñas melvas o bacoretas no puede satisfacer a un verdadero pescador.