Todo lo que hay que saber sobre la vela vintage

¿Cuándo un velero es Clásico y cuándo de Época? ¿Es correcto hablar de aparejo Marconi o se debe decir bermudiano? ¿Qué es el coeficiente de originalidad? El medidor Vicens Domenech descubre los secretos de las competiciones de barcos antiguos

Moonbeam III durante la Copa del Rey de Barcos de Época de Mahón.

La división de la flota en las regatas de barcos clásicos y de época viene marcada por las reglas de una entidad denominada Comité Internacional del Mediterráneo (CIM), que otorga a cada embarcación un certificado en función de su edad (a partir de la fecha de su botadura) y, en el caso de los más antiguos, de su aparejo.

Vicens Domenech, medidor en regatas de clásicos, explica que la norma es muy clara en cuanto a definir si un barco es de Época o Clásico. Cualquier velero anterior al 31 de diciembre de 1949 pertenece a la primera categoría, mientras que en la segunda entran todos los botados entre el 1 de enero de 1950 y 1975. “Eso sí -aclara-, los barcos tienen que ser de madera o de metal, sin excepción”. Si han sido construidos en fibra y tiene una antigüedad superior a los 25 años, pertenecen a una clase denominada RI Clásico, donde se suelen encontrar modelos de serie que fueron muy populares en las décadas de los 70 y los 80.

 

Esta normativa, aparentemene tan diáfana, tiene alguna excepción. Entre los inscritos en los Clásicos puros aparecen a veces barcos cuya botadura es posterior a 1975. ¿Cómo es posible? Domenech aclara que, en ese caso, se trata de réplicas, es decir, de barcos construidos a partir de los planos originales y, por supuesto, en madera o metal. Una vez comprobada la fidelidad del acabado, estos veleros pueden competir como Clásicos.

Cippino, ejemplo de un Época Bermudiano, con vela triangular pero anterior a 1950.

Otro supuesto que genera dudas sobre la regla se produce cuando un barco anterior a 1975 no es aceptado como clásico por el CIM. Según Domenech, se trata de unidades construidas en fibra (el ya comentado RI Clásico) o veleros que originalmente se adaptaban a la norma y han sido objeto de “grandes transformaciones”, como por ejemplo “la instalación de un palo de carbono o en enfibrado del casco”. Estos barcos antiguos pero modificados tienen su propia división en el CIM, que los denomina “Espíritu de tradición”. 

DE LA CANGREJA AL BERMUDIANO

Los barcos considerados de época abarcan el periodo más amplio de la historia de la vela clásica. Como se ha dicho, entran en esta clase todos los que fueron botados hasta la mitad del siglo XX, aunque es difícil encontrar en el circuito internacional supervivientes anteriores a la última década del XIX. En esos 60 años, el desarrollo de la navegación a vela vivió varias importantes revoluciones. Hasta la década de los 20 del siglo pasado, prácticamente todos los aparejos eran trapezoidales, con velas cangrejas. A esa época corresponden los veleros cuyos mástiles sostienen gigantescas superficies vélicas y entre los que no es difícil encontrar botavaras que sobresalen varios metros por la popa. Los FI15 son el perfecto paradigma de los pura sangre de época con aparejo de cangreja.

En un momento no concreto de la evolución de las arboladuras, recuerda Domenech, se produjo un cambio que vino a marcar la frontera entre la vela antigua y la moderna. Hacia los años 30 alguien descubrió que los barcos mejoraban su rendimiento si se subía la percha de la cangreja. “Al tener la forma de una antena, se le llamo Marconi, en honor a uno de los inventores de la radio. Con el tiempo eso dio pie al aparejo moderno, de forma triangular, que se conocen en España como Marconi, aunque su nombre correcto es bermudiano”.

Dos aparejos trapezoidales de época. En este caso no llevan izada la escandalosa.

Los barcos pertenecientes a la clase Época se dividen generalmente en dos grupos, dependiendo de si su aparejo es de cangreja o bermudiano, aunque excepcionalmente pueden competir juntos. 

El CIM no sólo marca las reglas que fraccionan la flota por edad y configuración. También establece el sistema de rating (hándicap) que permite compensar las diferencias entre barcos. En este sentido, las regatas de barcos Clásicos y de Época no funcionan de manera diferente a cualquier otra prueba de cruceros con corrección de tiempos, ya sean en ORC, IRC o cualquier otra fórmula. 

“El CIM, no obstante, utiliza algunos criterios propios para emitir sus certificados, que tienen en cuenta el coeficiente de originalidad y, por ejemplo, los materiales de las velas y las características de algunos aparejos”, señala Domenech, quien recalca que para medir veleros antiguos es necesario tener un plus de cultura patrimonial: “Hay elementos que pueden parecer originales en un barco y que en teoría deberían beneficiarlo en su rating, pero que no lo son”.

La pureza y es respeto por la tradición son determinantes en estas regatas.

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