Investigadores de la UIB, con la colaboración de técnicos del Centro de Recuperación de Fauna Marina de la Fundación Palma Aquarium, han cuantificado por primera vez la presencia de metales pesados en los tejidos de los ejemplares de tortuga boba que llegan varados y muertos a las costas de las Islas Baleares. Este estudios ha sido publicado en la revista Environmental Science and Pollution Research,
El estudio analiza las concentraciones de cadmio, mercurio y plomo, metales pesados tóxicos relacionados con diferentes actividades antrópicas. Con el desarrollo industrial, una gran cantidad de metales fueron y son empleados en la fabricación de diferentes tipologías de productos. Algunos de aquellos metales acaban llegando a los ecosistemas marinos y se acumulan en los diversos niveles de la red trófica. Dependiendo de su concentración, pueden ser una amenaza grave para las especies marinas y causar problemas fisiológicos graves.
Hasta ahora, se desconocía la dimensión de la problemática de la acumulación de metales pesados en las tortugas marinas en las Islas Baleares. Los resultados logrados por los investigadores de la UIB muestran que los niveles de estos metales pesados son parecidos a los que se han detectado en otros lugares del Mediterráneo y del mundo (Andalucía, Italia, Canarias o Japón), lo cual evidencia la existencia de un problema común para la especie que habita buena parte de los mares y de los océanos de todo el mundo.
La tortuga boba (Caretta caretta) es la especie de tortuga marina que más a menudo queda varada en las costas del Mediterráneo occidental. En las Islas Baleares, desde 1993, se han documentado 1.070 casos de varado, y las causas más comunes son la interacción accidental con las artes de pesca, los traumatismos por colisiones con embarcaciones, los problemas de flotabilidad y, más recientemente, los problemas derivados de quedar envueltas con las redes y de ingerir plástico.
replica watchesActualmente, la tortuga boba está incluida en el Catálogo español de especies amenazadas, en la categoría de «vulnerable». También es una especie prioritaria de conservación de la Directiva Hábitats, así como de diferentes convenios internacionales de protección de la biodiversidad, como por ejemplo el Convenio de Berna o el Convenio de Barcelona.
La Universidad de las Illes Balears y el Centro de Recuperación de Fauna Marina recuerdan que, en caso de encontrar un ejemplar vivo de tortuga marina varado, hay que avisar al 112 para que se active inmediatamente el operativo de rescate de este animal. En el caso de que sea un ejemplar muerto, hay que comunicarlo igualmente, dado que a partir de los restos se puede obtener mucha información que es de una importancia vital para conocer y monitorizar los factores de amenaza que presenta esta especie amenazada.