La transferencia de las competencias de costas a la comunidad autónoma balear ha sido acogida por el sector náutico como una buena noticia, aunque con «cautela, desconfianza y preocupación», ya que, al menos durante lo que resta de legislatura, la gestión recaerá casi con toda probabilidad en la Conselleria de Medio Ambiente. Este departamento se encuentra en manos del partido independentista Més, cuya relación con la mayoría de actores de la náutica es inexistente o directamente mala.

El traspaso, que se producirá durante el primer trimestre de 2022, es fruto de un cambalache entre Més y el PSOE. El senador soberanista Vicenç Vidal se ha comprometido a apoyar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) a cambio de la cesión de las competencias de costas y litoral, que hasta la fecha han sido ejercidas por el Estado central.

Yago Fiol, presidente de la Asociación de Navegantes ADN, afirma que en principio no le parece mal la transferencia. «La cuestión de fondo es cómo vienen dotadas las competencias y qué uso se hará de ellas. Con la experiencia que de tenemos de la Conselleria de Medi ambient, tenemos motivos para estar preocupados. Su postura siempre es retrograda y en contra de la realidad y los intereses de la gente del mar», apunta Fiol.

Otro representante de los navegantes, Jaime Darder, presidente de ANAVRE, cree que el traspaso será una buena noticia «si con ello se consiguen agilizar las tramitaciones y hacer que la gestión de la costa funcione mejor». Sin embargo, no oculta su «desconfianza» por algunos asuntos concretos, como el balizamiento de las playas: «Si se ceden competencias a los ayuntamientos, nos encontraremos con una norma distinta en cada municipio. No olvidemos que el año pasado se descubrió un plan para que estas balizas se colocaran más lejos de la costa y así dificultar o impedir el fondeo». Al igual que Fiol, Jaime Darder teme lo que pueda hacer Miquel Mir, conseller de Medio Ambiente, en el ejercicio de sus nuevas competencias: «Ya sabemos que no es alguien particularmente favorable a la náutica recreativa».

Para Alex Casares, presidente de ADNEA-PIMEM, la transferencia en sí misma es positiva: «Lo lógico es que la costa balear se gestione en Baleares». Sin embargo, los antecedentes no invitan al optimismo: «Medi Ambient lleva toda la legislatura atacando a la náutica, como causante de todos los problemas de contaminación y de la desaparición de la posidonia, ignorando el daño que provocan los vertidos. Esperemos que la gestión de la costa no se utilice para demonizar a nuestro sector».

Por su parte, Antoni Estades, presidente de la Asociación de Clubes Náuticos de Baleares (ACNB), considera que lo lógico sería que las competencias, una vez concluido el traspaso, recayeran en el departamento de Territorio del Govern balear. A su juicio, «es un buen momento para plantearse si, como ha dicho en alguna ocasión Yago Fiol, Baleares no debería tener una Conselleria del Mar, al estilo del de otras comunidades como Galicia, donde los asuntos relacionados con el mundo marítimo y la náutica tienen una especial importancia».