Es Faralló, al lado de Cala Gat, era un área que podían disfrutar todos antes de convertirse en reserva de interés pesquero.
¿Cómo puede ser que una Conselleria que debería gestionar todas las actividades relacionadas con la pesca en sus diferentes vertientes ataque directamente a la pesca recreativa tomando siempre partido a favor de la pesca profesional?
En nuestra comunidad autónoma ocurre siempre así. Desde hace años escuchamos la misma frase repetida por altos cargos de la Conselleria, como el responsable del Servei de Recursos Marins, Antoni Grau, o el director general de Pesca i Medi Marí, Joan Mercant: “Vamos a eliminar la pesca submarina en Baleares”.
Pero ¿por qué esta aversión? Nunca ha habido un diálogo o puesta en común de ideas o argumentos. Lo único que hemos visto son imposiciones y oídos sordos hacia un colectivo muy minoritario que realiza una pesca altamente selectiva.
La última prueba la hemos encontrado en el reportaje a doble página que publicó el pasado domingo Diario de Mallorca. El periodista copia el dictado lo dicho por Grau. Por supuesto, defiende la falsa percepción del pescador submarino como un auténtico arrasador del mar.
Según el periodista, Grau asegura que no quiere criminalizar esta actividad y subraya que la mayoría de los pescasub salen a la mar federados y con sus licencias de pesca en vigor y que se ciñen escrupulosamente a las tallas mínimas establecidas. En ese caso, si los pescadores submarinos cumplen toda la normativa, ¿qué problema hay con ellos?
El mismo reportaje toca un tema muy interesante y esclarecedor pues asume que se han creado reservas marinas incompatibles con la pesca submarina. ¿Qué quiere decir esto?
El pescador submarino ve el pescado antes de dispararle, muchas veces no lo consigue atrapar, y, si lo hace, puede ser que sea la única pieza que capture ese día.
El problema muy probablemente tendrá que ver con un error de concepto, pues parece que el autor del reportaje no considera la pesca submarina como una modalidad deportiva sino como un sistema extractivo del mar de gran impacto, pero vayamos por partes.
En Estados Unidos se permite la pesca submarina con botellas
Grau ofrece como alternativa la pesca submarina con cabestrillos u hondas hawaianas que se utilizan por ejemplo en Bahamas. Sin embargo, existen grandes diferencias entre Bahamas, o el continente americano en general, y Baleares.
En Estados Unidos, por ejemplo, se permite la pesca submarina con apoyo de botellas de aire comprimido o mezcla. Esta posibilidad atribuye al pescador norteamericano una muy relevante ventaja para poder disparar a varios peces en multitud de ocasiones y capturarlos.
En España y Baleares, la pesca submarina solo se puede realizar a pulmón, en apnea. Resulta evidente que esa condición reduce infinitesimalmente las posibilidades de poder capturar peces. La capacidad de pesca depende directamente del tiempo que un pescasub puede aguantar sin respirar. Existe un tiempo muy limitado para sumergirse, disparar y, si se acierta, capturar el pez. Esa importante limitación ya de por sí supone que la máxima profundidad para el 99% de los pescadores submarinos es de 20 metros.
Sigamos aclarando temas. La distancia máxima de eficacia del tan denostado en el reportaje fusil de gomas o de aire comprimido es de 3 metros. Por supuesto, como resulta evidente, eso no quiere decir que cada disparo suponga una captura. Juzgar la pesca submarina a través de los videos de Youtube en los que solo se ven las mejores capturas sin ningún fallo en los disparos es falsear la realidad porque los fallos superan con mucha diferencia a los aciertos.
Queremos más inspectores que vigilen y que se castigue a los que incumplan
Los pescadores submarinos estamos totalmente a favor de que haya más inspectores de vigilancia y que se castigue con sanciones a quienes no lo hagan bien. Ese es nuestro mayor interés porque somos los primeros a los que nos gusta disfrutar del mar y los primeros interesados en cuidarlo. Precisamente por eso, consideramos tremendamente injusta la permanente criminalización que sufre esta actividad desde las instituciones baleares.
Otro tema importante que hay que aclarar: en Bahamas existen cientos de kilómetros cuadrados de aguas con una profundidad máxima de siete metros y llenas de corales, hábitat habitual de toda especie marina. Sin embargo, en Baleares no ocurre lo mismo. Si el pescado se asusta se va a aguas más profundas, escapando del pescador en general. No se puede comparar la posible presión en el ecosistema de un pescador submarino en Bahamas y en Baleares. Me extraña mucho que además se identifique Bahamas como una alternativa porque se establecen restricciones en el número de capturas de algunas especies y el respeto a las vedas con otras. ¿Es que en Baleares no es así?
Este es un punto que hay que aclarar pues es necesario trabajar conjuntamente y llegar a consensos, pues las vedas y las tallas mínimas son temas que se respetan desde un principio de ética moral del pescador submarino. Un pescador submarino no tiene intención de capturar una lubina de 25 centímetros por ser pequeña, o una dorada de 20 cm., pero la normativa lo permite ¿Por qué?
Recordemos que estamos hablando del JEFE DE RECURSOS MARINOS de la conselleria balear del ramo. Como tal es el máximo conocedor de los sistemas de pesca actuales, y, según parece y afirma, quiere acabar con la pesca submarina en Baleares.
El reportaje da la cifra de 43.000 licencias de pesca recreativa en general (solo 1.500 de pesca submarina). Casi el 40 % de esa cifra sale a pescar una o dos veces al año. El resto de las licencias, aproximadamente, pesca como mucho una vez a la semana. Todos ellos cumpliendo los límites de capturas y respetando las vedas y tallas mínimas.
Los pescadores recreativos no son incompatibles con los centros de buceo. No es normal que un pez en estado salvaje se acerque con curiosidad al buceador, a menos que se realice con asiduidad el feeding y de esta manera se amanse el pescado.
La pesca de autoconsumo es un derecho respetando la normativa
Antes de la creación de la reserva de Llevant, yo mismo buceé en la isla de es faralló de Cala Gat, en Cala Rajada. Me quedé impresionado por la gran explosión de vida que había en la zona. Por aquel entonces, allí se podía practicar pesca submarina, buceo y pesca profesional a la vez, dado que por las corrientes, siempre ha sido una zona con una gran concentración de vida marina.
El mar es de todos. Poder salir al mar y hacer capturas de autoconsumo es un derecho, cumpliendo por supuesto siempre la normativa establecida.
Los pescadores profesionales hacen del mar de todos su fuente de ingresos, y, si no pueden pescar y no consiguen sus capturas, piden ayudas públicas para poder seguir pescando. El sector profesional sí que utiliza el mar para su propio beneficio, sin preocuparse por el futuro del ecosistema.
¿Por qué las reservas marinas se limitan un máximo de 50 metros de profundidad y no más?
Tenemos la respuesta: para no entorpecer a la pesca profesional de arrastre. Ya es de todos conocido que la familia del actual director general de Pesca, Joan Mercant, es propietaria de varios barcos de arrastre. El mismo Joan Mercant tiene alquilado su barco de arrastre que se dedica a la pesca de gamba.
Volvemos a plantear la pregunta decisiva: ¿Existen intereses tras todo esto?
Redes sin señalizar y en domingo en la Bahía de Alcúdia
El mismo domingo pasado en que Diario de Mallorca publicaba su reportaje recibí varias llamadas de pescadores submarinos que se tiraron al mar a disfrutar un rato de ocio y desconexión del día a día. Sin embargo, tuvieron que salir del agua al instante al encontrarse varias redes tiradas en el fondo sin señalizar en la Bahía de Alcúdia. Por normativa, el pescador submarino o recreativo, debe mantener una distancia de 200 metros con respecto a las artes de pesca profesional, pero ninguna de las que se encontraron ese día estaban señalizadas, además de estar caladas en domingo, algo totalmente ilegal de acuerdo con la normativa.
“Ya solo queda proteger el litoral de la Serra” continúa el reportaje del domingo replicando el periodista las palabras de Antoni Grau, volviendo a identificar a la pesca submarina como la gran amenaza.
Estas letras pretenden ser una vez más una llamada de atención a nuestros políticos y periodistas que apoyan la discriminación de un colectivo sin conocer la realidad. La opinión es libre, lo sabemos, y por eso lo decimos alto y claro, BASTA YA. No estamos dispuestos a aceptar que se trate a los pescadores submarinos como los piratas del mar.
Los responsables de la Direcció General de Pesca tienen que sentarse, dialogar y llegar a acuerdos donde todas las actividades relacionadas con el mar puedan convivir. Las riñas o aspiraciones fracasadas de cada uno se deben dejar atrás y mirar hacia adelante.