Pocas recomendaciones de libros leídos les puedo hacer. Este verano compré La primera vuelta al mundo de Antonio Pigafetta (Alianza editorial). Me pareció increíble y se lo recomiendo a todos ustedes. Pigafetta redacta la circunnavegación de Magallanes y Elcano con una sencillez tan natural y cercana que parece que lo normal era dar la vuelta al mundo hace 500 años en unos barcos con los que hoy no cruzaríamos hasta Ibiza.
También he leído El último viaje del capitán Salgari de Ernesto Ferrero (Ático de los libros). Una agridulce biografía del creador de Sandokán, el Corsario Negro y otros miles de personajes. Bellísimo, sin duda, pero triste y contrapuesto a la vitalidad de los innumerables relatos que nos dejó este genio.
Me acabo de descargar -todavía no lo he empezado- La Segunda Guerra Mundial en el mar de Craig L. Symonds (La esfera de los libros). Ya les he recomendado en ocasiones anteriores los libros de Luis de la Sierra (Corsarios alemanes en la Segunda Guerra Mundial, La guerra naval en el Mediterráneo, La guerra naval en el Pacífico...), todos en Editorial Juventud. Bien, en este volumen está todo a la vez. En cuanto acabe con Pepe Carvalho me alisto en la marina de guerra.
Al hilo de Hergé, del que no hace mucho les hablaba, tengo dos libros pendientes. Geografías y paisajes de Tintín de Eduardo Martínez de Pisón (Fórcola ediciones). Creo que esta frase de la contraportada es suficiente para querer leerlo: “…es un verdadero homenaje al universo que construyo Hergé, lleno de lugares exóticos y escenario cambiante de aventuras fabulosas de jóvenes audaces…”. Howard Flynn es un cómic de Vance y Duval de la editorial Ponent Mon. La crítica lo valora como “una serie que pretendía trasladar a alta mar las aventuras y estilos de personajes como Blueberry”. Su relación no es directa con Tintín pero lo cierto es que el Duval fue guionista de estos comics y de muchos más dibujados por Bob de Moor, ayudante de Hergé. Llegó a escribir 1.500 relatos cortos, una dura competencia para Salgari.
En fin, permanezcan en casa. Lean, relean o vean los muchos documentales que hay en televisión, hagan regatas virtuales o piensen en todos los arreglos que quedan pendientes en el barco. Saldremos y nos esperará un viento perfecto para navegar. Ánimo y adelante.