Cuando se acerca el final del año las empresas hacen sus balances, planifican y presupuestan su próximo ejercicio, analizan y valoran el cumplimiento de sus objetivos y fijan los próximos.
Si hacemos un repaso a nuestra actividad colectiva como sector de instalaciones náuticas podemos constatar los hitos que se han producido durante este año.
2023 nos ha deparado el inicio de dos nuevas legislaturas, la undécima de nuestra Comunidad Autónoma y la decimoquinta del Estado.
En el ámbito autonómico la configuración del nuevo Govern llevó aparejada la creación de una Consellería del Mar, incorporándose a la gestión pública profesionales de reconocido prestigio en nuestro sector. Dos ejemplos claros serían el de Javier Sanz, como presidente de la APB, y el de Jaume Carbonell, como gerente de Ports IB.
En lo que respecta a los puertos de competencia estatal, estamos a la espera de conocer si si el nuevo ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, renueva en el cargo al actual presidente de Puertos del Estado, Alvaro Rodriguez Dapena, o si por el contrario procede a sustituirlo por otra persona de su confianza.
A nivel legislativo, lo más destacable fue la publicación en el BOE del 25 de mayo de 2023 de la Ley 13/2023 que modifica, entre otras normas, el Texto Refundido de la Ley de Puertos del Estado. Las concesiones portuarias anteriores a la Ley de Puertos del Estado de 1992 podrán beneficiarse del sistema de prórrogas (ordinaria y extraordinaria) previsto en el artículo 82.2.
En el ámbito judicial, el caso Puertos se ha seguido instruyendo de una manera poco usual, encadenando numerosas prórrogas del secreto de sumario, y el caso Calanova sigue pendiente de sentencia. .
De cara al próximo año las distintas administraciones portuarias deberán abordar asuntos de enjundia como es el caso de la ejecución de la sentencia que afecta al club de vela del puerto de Andratx, dependiente de Ports IB, tratando de encontrar la mejor solución para todas las partes implicadas.
La APB tendrá que resolver un asunto de importancia estratégica como es la asignación de los espacios de reparación y mantenimiento del puerto de Palma, así como establecer la nueva política referida a la prórroga de concesiones. En mi opinión sería deseable y conveniente que Puertos del Estado dictara unas recomendaciones relativas a los principales aspectos jurídicos, procesales y económicos que pueden ser de interés en los procedimientos que se inicien al amparo del artículo 82 del texto refundido de la Ley de Puertos del Estado y de la marina mercante, al igual que hizo con las ampliaciones de plazo.
En cuanto a los aspectos legislativos en el ámbito autonómico, se debería considerar la incorporación de las instalaciones náuticas de carácter turístico al marco normativo de la Ley de Turismo. Las marinas operan como verdaderos polos de atracción de un turismo de calidad. De ahí su indudable vinculación con los objetivos de promoción de las Illes Balears como destino turístico de referencia en el mar Mediterráneo, y su capacidad para impulsar la diversificación de la oferta y la desestacionalización.
Otro reto para la Administración Portuaria durante esta legislatura será el de implementar soluciones imaginativas para mejorar la capacidad de acogida para embarcaciones, y para generar nuevas áreas de reparación. No responde a ninguna lógica que, habiendo incrementado ampliamente nuestra flota de embarcaciones, no hayamos crecido en capacidad de acogida prácticamente nada en los últimos treinta años, generando de esta manera una gran demanda insatisfecha.
El mantenimiento de los fondeos incontrolados en la bocana de los puertos es otro asunto que precisa de una respuesta eficaz. Del mismo modo habría que dar solución al problema creciente de los espacios en terreno rústico donde se depositan embarcaciones.
Para todas estas cuestiones y algunas más se debería plantear la creación de un think tank, un foro de especialistas capaz de debatir y convenir sobre el escenario deseable de futuro para nuestro sector. Necesitamos avanzar hacia un modelo capaz de evaluar resultados, y abandonar el actual que ha supuesto generar normas sin atender a sus consecuencias. Para ello es preciso recuperar un liderazgo fuerte del sector frente a una ineficaz e ineficiente fragmentación asociativa.
La búsqueda de un pensamiento colectivo que aparte el egoísmo y el individualismo se hace imprescindible para alcanzar los objetivos comunes que nos unen, en lugar de poner el foco en los intereses particulares que nos separan. Todo ello buscando un equilibrio entre la sostenibilidad económica, ambiental y social de nuestras actividades. No cabe duda que somos un destino de éxito. El reto de futuro estriba en no morir de éxito.