LA TRIBUNA DE LA MAR

MIGUEL FÉLIX CHICÓN RODRÍGUEZ

Nacido en Tánger en 1960, las travesías del Estrecho de Gibraltar realizadas siendo niño le dejaron un poso que le llevó a cursar, años más tarde, estudios de capitán de la marina mercante en Palma y Barcelona. Desde 1978 hasta 1994 navegó como oficial en buques petroleros, en frigoríficos, como alférez de fragata en la Armada española y ejerció el mando de buques de pasaje, de tipo ferry y embarcaciones de alta velocidad. Fue jefe del Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo en Palma desde 1996 hasta 2022.

El mar del Sur

Encontrado el deseado paso entre el Océano Atlántico y la Mar del Sur, Magallanes y su menguada armada de tres naos comienzan una de las más duras, largas y terribles travesías afrontadas por el ser humano

«Y un martes, veinte y cinco de septiembre de aquel año de mill e quinientos y trece, a las diez horas del día, yendo el capitán Vasco Núñez en la delantera de todos los que llevaba por un monte raso arriba, vido desde encima de la cumbre dél la mar del Sur…»
(González Fernández de Oviedo)

Ningún europeo había surcado las aguas de la Mar del Sur ni antes ni después de su avistamiento por Vasco Núñez de Balboa. Encontrado el deseado paso entre el Océano Atlántico y la Mar del Sur, Magallanes y su menguada armada de tres naos (la Trinidad, la Victoria y la Concepción), una vez doblan el Cabo Deseado, comienzan una de las más duras, largas y terribles travesías afrontadas por el ser humano. En la profunda convicción de que la esfera terrestre es más pequeña de lo que en realidad es, e ignorando que la distancia que les separa de las Molucas es igual a la que se encuentran de España, se adentran en la Mar del Sur, que pronto llaman Océano Pacífico al no encontrar tormenta alguna. Arrumban al noroeste para alejarse del frío austral siendo prácticamente arrastrados por la corriente de Humboldt o del Perú que, en ausencia de vientos, se convierte en el principal propulsor de la flota. 

Pero los días van sucediéndose sin que avisten ni el más mínimo indicio de tierra, pasando próximos a islas que ni si quieran ven. Pronto se agotan las pocas provisiones frescas de las que han podido pertrecharse en la Tierra del Fuego y han de echar mano de las que les quedan. Narra Pigafetta que deben comer la mazamorra hecha no ya de galleta, sino de su polvo con los gusanos a puñados y un insoportable olor a orines de ratas. Comer incluso el cuero que protege del roce de los palos a las jarcias; lo ponen a remojo de agua de mar durante cuatro o cinco días y después un poco sobre las brasas, pero esto es incluso mejor que el serrín, al que tampoco hacen ascos. Las ratas se pagan a medio ducado y el agua se bebe amarillenta, putrefacta ya de muchos días.

A muchos hombres les aparece una terrible enfermedad: les crecen las encías sobre los dientes, no pudiendo ingerir alimento alguno (el temido escorbuto), y a otros se les llagan diferentes partes del cuerpo. Mueren veintiún hombres y otros treinta enferman. Pero siguen navegando hacia el Mistral, a pesar de que las agujas sufren desvíos anormales que deben corregir constantemente y haciendo uso de las constelaciones que se avistan en el hemisferio austral (la Cruz del Sur, la principal). Pasan junto a dos islas que llaman Islas Infortunadas (se desconoce qué islas fueron) ya que no pueden fondear en ellas debido a la gran profundidad, siendo imposible aprovisionarse.

Siguen navegando al noroeste hasta que tres meses y veinte días después de haber salido del Estrecho Patagónico, el 6 de marzo de 1521, avistan unas islas del que, posteriormente, fue llamado Archipiélago de Las Marianas en honor a la reina española Mariana de Austria. Una de ellas es la isla de Guam, que es en la que primero recalan y donde pueden aprovisionarse, sobre todo de fruta fresca y agua, lo cual alivia mucho a los hombres enfermos. A estas islas las llaman Islas de los Ladrones porque los nativos acceden a las naos a bordo de sus ágiles lanchas haciéndose con cuanto les llama la atención. 

El almirante dispone que deben seguir navegando hacia el poniente y así es cómo, unos días más tarde, arriban a la isla de Zamal (Samar), primera de las islas del Archipiélago de Filipinas avistada por la Armada de las Especias. La penosa travesía del Océano Pacífico ha finalizado y Magallanes, viendo que los hombres que salen al encuentro de la flota son razonables y corteses, decide explorarlas y cartografiarlas. En realidad, se encuentran mucho más al norte de su objetivo, las Molucas, pero entre las Capitulaciones de Valladolid firmadas por el rey Carlos figura un sistema de señorío sobre las nuevas tierras descubiertas, por lo que tomar posesión de estos nuevos territorios en nombre de la Corona seguro que le reportará beneficio.  

Las Capitulaciones de Valladolid se firman el 22 de marzo de 1518. Este contrato adjudica a Magallanes el monopolio de la ruta durante diez años, la potestad de nombrar gobernadores en las tierras que fueran descubiertas y un cinco por ciento de las ganancias del primer viaje. 
 

La pacotilla

En la Carrera de Indias y en la del Pacífico los tripulantes complementaban su buen sueldo con artículos para comerciar tanto al llegar al destino como en el regreso

Universidad de mareantes

La imagen de los marinos como un colectivo de rudos analfabetos no se corresponde con la realidad. ¿Cómo explicar, si no, el éxito en la construcción de los buques y su navegación por los océanos?

La estabilidad en los galeones

Estabilidad de un buque: propiedad que este tiene de recuperar su estado de equilibrio inicial (adrizado) cuando un elemento interno o externo (mar o viento) hace que lo pierda.

Las bombas de agotar

Las bombas de achique eran desde el comienzo de los tiempos de la navegación hasta la actualidad un elemento vital en la equipación de los barcos

La aguja de marear

Sobre el siglo XII ya se utilizaban agujas magnéticas colocadas sobre un flotador en una vasija con agua para dar los rumbos en navegaciones largas

El timón de codaste

Su invención revolucionó la navegación y realizar travesías con un mínimo de garantías. Hasta entonces los barcos se gobernaban con los remos.

Cuatro cuartas y través

Teorema de Pitágoras: En todo triángulo rectángulo, la longitud de la hipotenusa es igual a la raíz cuadrada de la suma de las áreas de los cuadrados de las respectivas longitudes de los catetos.

Los mártires de Nagasaki

Hideyoshi, unificador de Japón, condenó a una cruel muerte a 26 cristianos, 17 laicos japoneses, tres jesuitas japoneses y seis franciscanos pues temía que la evangelización fuera el paso previo a la conquista española

La seguridad a bordo

Medidas operativas, invocaciones, supersticiones y rituales se mezclaban antaño con el afán de garantizar la supervivencia frente a la furia del océano

La vida a bordo de una galera del siglo XVI

Pesca, juegos de naipes (aunque estuvieran prohibidos), representaciones teatrales, belenes y lecturas en voz alta de libros de caballerías amenizaban las duras condiciones de los marineros.

La peste de las naos

El escorbuto causó más muertes que cualquier naufragio o batalla en las travesías de las naos que se prolongaban durante meses - James Lindt encontró el remedio contra la enfermedad: la vitamina C

El Galeón de Manila

El primer tornaviaje Andrés de Urdaneta genera lo que puede considerarse la primera línea marítima regular conocida, que une tres continentes durante 250 años

El motín del San Jerónimo (y II)

Lope Martín quiere abandonar en el atolón de Ujelang a los que considera sospechosos de no apoyarle, pero las cosas no salen como pretende

El motín del San Jerónimo (I)

Es evidente que Lope Martín, piloto del San Jeróniimo acusado de deserción, no desea llegar a Filipinas y que su objetivo es dirigirse a la China para dedicarse al pirateo

El tornaviaje

La expedición de Urdaneta logra al fin establecer el Tornaviaje en 1565 y comienza así la primera línea regular conocida, el Galeón de Manila, que unió durante 250 años las costas de México y Filipinas

Las Filipinas

Ruy López de Villalobos mandó la expedición con trágico final para él en la que dio nombre a las islas del gran archipiélago asiático en honor del entonces hijo del emperador Carlos I

La guerra de las especias

Tras la muerte de Loaísa y Elcano, la figura de Andrés de Urdaneta se revela como decisiva por sus dotes de negociación con los indígenas, mientras las dinastías española y portuguesa habían pactado ya la cesión de las Molucas a la corona lusitana

La odisea del Santiago

Este patache de no más de 20 metros de eslora recorre todo el litoral pacífico americano hasta llegar a Nueva España (México)

La expedición de Loaísa

El emperador Carlos I decide armar una flota al mando de Frey García de Loaisa, formada por siete barcos y unos cuatrocientos cincuenta hombres

Juan Sebastián Elcano

Solo 18 hombres, por fin llegan a Sanlúcar el 6 de septiembre de 1522, totalmente desfallecidos, demacrados, habiendo completado la circunvalación de la Tierra

Ortodrómica

Finalmente, la Trinidad debe quedarse en las Molucas para reparar una vía de agua en la sentina y la Victoria zarpa sola para regresar a España cargada de especias surcando el Índico y bordeando las costas africanas

Magallanes

El almirante, convencido de que la Armada de las Especias es casi invencible frente a los indígenas, urde un plan para someter al jefe Celapulapu. Reúne un grupo de solo 50 hombres con él al frente para enfrentarse a 1.500 guerreros armados con lanzas de caña

La Armada se deshace

El testimonio del piloto de la San Antonio, tras amotinarse y regresar a España, hace que se dé por perdida para siempre la Armada de las Especias y por fracasado el intento de hallar un paso que una Océano Atlántico y Mar del Sur

Motín (I)

¿Qué podía impulsar a un grupo de hombres a amotinarse contra la autoridad establecida por el rey aun a sabiendas de que el castigo era la muerte?

Primus circumdedisti me

En 2022 se cumple el quinto centenario de la primera vuelta al mundo. Así eran las naos que emprendieron la travesía y los hombres que las tripulaban.

Gente de guerra y de pluma

El cabo lombardero estaba al cargo de las culebrinas, falconetes y pedreros, mientras que los arcabuces y resto de armas eran responsabilidad del mayordomo de artillería.

Gente de cabo

Contramaestres, barberos, carpinteros de ribera, calafates, remolares, boteros, proeles, timoneros y alguaciles eran algunos de los especialistas que poblaban las tripulaciones de antaño

La chusma

La RAE la define, en su primera acepción, como «conjunto de galeotes que servían en las galeras reales». Así era la vida a bordo de aquellas embarcaciones.

El Ponent

Cada puesta de sol era admirada, pero no era capaz de ver el rayo verde. Tampoco es que tuviese mayor importancia, pero es cierto que me generaba dudas hasta de su existencia

El Llebeig

El viento del sudoeste para los helenos, uno de los Anemoi Menores, estaba representado en la Torre de los Vientos de la Acrópolis ateniense como un joven alado, sin barba, que controla el timón de un barco.

El Migjorn

En la Torre de los Vientos de la Acrópolis los helenos llamaban al viento del sur Notos, el portador de la lluvia

El Xaloc

El amanecer de Sirius por el sureste, por el xaloc, ya era muy celebrado por los egipcios, que la consideraban el Ojo del Cielo.

El Gregal

Tenemos que considerar su origen latino y situarnos en un punto imaginario central del Mare Nostrum: es el viento que sopla desde Grecia

La Tramontana

El único viento con nombre femenino, que deriva del latín transmontanus, de más allá de las montañas, ya sean los Alpes o los Pirineos

La rosa de los vientos

Su invención se atribuye al mallorquín Raymundus Llullius (Ramón Llull), quien se basó en trabajos descritos en el Libro II de Geografía Física, de Plinio El Viejo

‘Navigare necesse est’

Ahora que estamos capeando un duro temporal seamos, más que nunca, consecuentes con ello y naveguemos con determinación para arribar todos a buen puerto. Es hora de navegar, es necesario.