Un dato absurdo -e innecesario- sobre mí: nunca llevaba reloj. Hasta que vi el anuncio del Swacht Omega Speedmaster, una reproducción oficial del reloj que fue a la Luna. La tía Marisa fue varias veces a las tiendas de Serrano y Goya en Madrid hasta que dio con él.
Pues bien, Swacht, envalentonada con el éxito, ha sacado ahora una reproducción del Fifty Fathoms de Blancpain, el primer reloj que se hizo para submarinistas, eso dice la publicidad. Pero ¿es este el modelo el original para bucear? ¿Qué características debe reunir un reloj para considerarlo Diver?
Lo primero, y es de Perogrullo, es que sea resistente al agua. Algo que logra en 1926 Rolex con el modelo Oyster y en 1931 Cartier con el Tank Etanche. Esto se conseguía con una caja atornillada y con una corona que fuera roscada. Recordad que había que darles cuerda regularmente. En 1932 Omega presenta el Marine, un reloj que iba dentro de una segunda caja que se cerraba con una palanca para conseguir el deseado hermetismo. Bajó 73 metros en el lago Ginebra.
Las marcas horarias y agujas deben ser de fácil lectura, esto es fácil: se pueden hacer especialmente gruesos. Deben poder verse bajo el agua con poca luz. Esto también es fácil, aunque peligroso. Panerai produjo el modelo Radiomir para los submarinistas de la Regia Marina y añadió pintura con radio, un poco cancerígeno pero muy luminoso.
Durante y justo después de la Segunda Guerra Mundial se mejoró la estanqueidad de la corona con sistemas de cantimplora, un cierre roscado que la encapsulaba. Fueron unos pocos modelos y de tiradas cortas muy buscados actualmente.
Y así llegamos al periodo entre el 52 y el 54 que alumbró los relojes que ya son completamente de submarinista. En el 52, a un comandante francés -Robert Maloubier- le comisionan el diseño de un reloj de buceo que aguante cincuenta brazas (casi cien metros); este señor contacta con Jean Jacques Fietcher de Blancpain, que también era buceador y le estaba dando vueltas a un diseño con caja grande para facilitar la lectura, alto contraste, marcas horarias luminiscentes y bisel giratorio unidireccional. Esta última innovación permitía controlar el tiempo que el buceador llevaba sumergido. Recuerden que el consumo del aire depende de la profundidad y de la respiración, el bisel no indica cuánto tiempo queda de aire. Y si se mueve el bisel siempre indicará menos tiempo del real, nunca se moverá en sentido antihorario haciéndonos creer que nos queda más tiempo.
Mientras, en 1954 Rolex diseña, presenta y saca a la venta el Submariner, que incluyó todos los ítems para ser considerado un reloj de buceo, incluida una extensión de correa para poder llevar el reloj sobre el traje de neopreno. Al mismo tiempo, Zodiac presentó el Sea Wolf con sus elegantes manecillas triangulares.
Estos tres modelos surgidos casi a la vez son los padres del reloj de submarinista como lo conocemos ahora y, tal vez, el Submariner es el reloj icónico porque James Bond lo lució contra el Dr. No, aunque Jaques Custeau empleó el Fifty Fathoms en The Silent World.
No quiero dejarme en el tintero otras marcas igualmente importantes. Hasta el 57 no entra en el juego de nuevo Omega, que lo hizo con el Sea Master 300. Más adelante, en 1966, Favre-Leuba fabricó el Bathy 50/Bathy 160, que contaba con profundímetro hasta 50 metros o 160 pies. En el otro lado del mundo, Seiko empezó a producir relojes para submarinistas en 1965, pero le dieron un arreón al mercado años más tarde con la primera caja de titanio y con el uso de pantallas digitales. De ahí a las computadoras de buceo sólo hubo un paso; se perdieron las manecillas, pero la cantidad de información y de seguridad aumentó exponencialmente: límites, profundidad, tiempo, velocidad de ascenso, descompresión de emergencia…