Navegar a motor y especialmente en una lancha grande está bastante abajo en mi escala náutica. Tal vez un poco por encima de ir a la playa a tomar el sol. En el otro extremo está navegar a vela slow sailing.
Aun así, no hay que hacerle de menos a una salida un soleado día de junio. Y este ha sido mi plan de hoy. Han sacado a primera hora una Fjord 42 de la nave y la han bajado hasta el club. Tan sólo había que llevarlo a su puerto base.
Confirmar el parte en alguna aplicación. Subir a la lancha, baterías, pasar la llave por encima de los mandos, check automático. Pantalla táctil, pasar hasta llegar a los relojes, todo en orden. Mirar a ambos lados, girarse hacia popa, una palada atrás y salimos del foso del travellift. Babor atrás, estribor avante, ciaboga y encaramos la bocana del puerto.
Una vez afuera apretamos un momento el dinamic position y el barco queda clavado en su sitio mientras retiramos las defensas. Listos para dar gas. Pantalla de navegación, marcamos un primer waypoint frente a Cap Farrutx y subimos las revoluciones. ¡Jo, que bien navega! Deberé replantearme lo de ir a motor.
La próxima hora y media tan sólo hay que vigilar que no haya nada flotando, no cruzarse con nadie y disfrutar del paisaje de una de las mejores zonas de nuestras islas: Farrutx, cala Torta, cala Mesquida, Cala Agulla.
Rebasamos Capdera y queda bajar un par de millas. Llegamos, maniobramos con el joystick ¡mano de santo, qué fácil es coger las amarras! Paramos motores, suenan los ventiladores, llave electrónica, fundas, baterías fuera y bajar a tierra.
Qué buen día en el mar.