El Govern balear acaba de hacer oficial, con la publicación en el BOIB la unificación y ampliación de las reservas marinas de interés pesquero de les illes del Toro y Malgrats, en Calvià. Sin embargo, los pescadores recreativos seguimos haciéndonos la misma pregunta ¿Cuál es el objetivo de esta ampliación? ¿De quién protegen estas reservas?
Lo único que ha conseguido esta ampliación es privatizar de nuevo una zona de mar de dominio público. El mar es de todos, decían, pero ahora es para uso y disfrute de unos pocos.
La pesca recreativa, se ha convertido en la gran descuidada de todo este movimiento ecologista, aunque el término ecologista se convierta a menudo más en una marca que en un interés real y profundo por conocer y solucionar los problemas que afectan en este caso al medio marino.
No se pone en duda la importancia y relevancia de una zona de mar con corrientes de gran valor que aportan nutrientes a la zona. Sin embargo, esa área solo podrá prosperar con un nivel de protección mucho más elevado. Sin embargo, la zona de reserva integral, la de real y radical protección sigue siendo mínima, y en la nueva reserva ampliada se permite la pesca profesional, el buceo recreativo y según que pesca recreativa.
¿Por qué no se aplican criterios científicos para regular real y eficazmente las reservas?
En la actualidad, todas las embarcaciones, profesionales o recreativas, vienen preparadas con los más modernos sistemas tecnológicos para comprobar si hay peces o no en la zona. Ofrecen unos resultados instantáneos que mejoran la capacidad de un ojo humano en muchos de los casos, y aun así, se permite su uso para la pesca.
Entonces, ¿por qué se prohíbe radicalmente la pesca submarina cuando es la modalidad de pesca más selectiva de todas?
¿Por qué no se regula correctamente, con los medios de control necesarios, y sin excluir a nadie una zona tan amplia como la de la nueva reserva? ¿Por qué no se hace a la vez seguimiento de la zona? ¿Qué ha conseguido Calvià con la ampliación de la reserva?
Además de las jugosas ayudas económicas europeas, el municipio consigue el beneficio de los propietarios de los centros de buceo que podrán enseñar a sus clientes, previo pago, esos impresionantes acuarios.
También conseguirá, al fin, echar a los pocos vecinos que se pueden permitir una embarcación fondeada en las calas de la zona. Lo que realmente se ha creado es una zona de mar regulada con tarifas de estacionamiento tipo ORA. ¿Estamos privatizando el mar? ¿Acabarán las Malgrats y El Toro convertidas en zona restringida a personas de alto nivel económico?
Pues es de suponer que sí. Basta contemplar el antes y el después de Port Adriano. Ha cambiado mucho un puerto en el que hace no tantos años solo había llaüts y embarcaciones de toda la vida. Ahora, si el propietario de una pequeña embarcación quiere salir a pescar sin tener problemas burocráticos ni de control (en definitiva, que no le molesten y pueda estar tranquilo), deberá navegar más de una hora para llegar a una zona de pesca donde puede no pescar nada ¿Vale la pena? Muchos de los aficionados a la náutica tradicionales, que llevan décadas disfrutando del mar, desisten, venden su embarcación y se olvidan del tema, hartos de las restricciones.
Volvemos a la palabra clave: ecologismo ¿Qué ecologismo existe en una reserva marina que no es integral?
Se deja faenar a la pesca profesional, se deja realizar la pesca recreativa excluyendo la pesca submarina, se deja practicar el buceo autónomo. ¿Dónde está la protección del ecosistema y la fauna marina?
Todos alteran el ecosistema, pero aún más lo alteran los emisarios que sigue habiendo en la zona y los puertos que están dentro del área de la reserva marina.
Una vez más, la política ha demostrado ser desconocedora de la realidad. La falta de consenso y las enemistades contra la pesca recreativa en general vuelven a salir a la luz. Siempre resulta más fácil prohibir que legislar y gestionar.
Por no hablar del poco interés en encarar en un futuro no muy lejano el problema del calentamiento global. ¿Qué tiene que ver esto con las reservas marinas de interés pesquero? Se da la circunstancia de que la reserva no alcanzará nunca más allá de los 50 metros de profundidad, justo la mínima autorizada para la pesca de arrastre. Sin embargo, como consecuencia del calentamiento global, igual que pasa cuando sube la temperatura del mar en verano, muchas especies se desplazan a mayor profundidad buscando el agua más fría y quedan así fuera de la zona de reserva. Otro factor más que beneficia a la pesca profesional.
Y mientras tanto, vemos horrorizados las imágenes del granelero OS35 semihundido derramando crudo en Gibraltar. Esto nunca pasaría en Baleares, ¿o sí? Sería una catástrofe que pasase cerca de una reserva marina, el trabajo de muchos años se perdería en pocos días.