El pasado 24 de enero entré en la Redacción de Gaceta Náutica bastante enfadada. Acababa de leer en un medio de la competencia el siguiente titular: «Emaya invierte 22,6 millones en construir un colector y un depósito de laminación para reducir los vertidos al mar». De camino al trabajo había entrado desde el móvil en gacetanautica.es y había visto que no llevábamos la noticia. ¿Cómo era posible que se nos hubiera pasado –precisamente a nosotros, que hemos sido pioneros en la denuncia del caso de las depuradoras– la publicación de una información tan importante relacionada con los vertidos?
Pedí explicaciones, como es lógico, y la respuesta que me dio el periodista a cargo de la web me dejó desconcertada: esa misma noticia se había publicado en numerosos medios y en idénticos términos el 30 de enero de 2019, justo un año antes, y recogía parte de otra publicación de ¡2017¡ ¿Por qué razón, pues, la volvían a difundir varios periódicos digitales como si fuera novedad? Muy simple: Emaya la había vuelto a poner en circulación coincidiendo en el tiempo con la citación como imputada de su ex presidenta Neus Truyol –adelantada en primicia por el diario Última Hora– y la reacción de los navegantes a la aparición de nuevas colonias de cianobacterias causadas por los vertidos, esta vez en el Parque Natural de Dragonera.
Felicité al redactor por no haber caído en la trampa y le pedí que publicara en nuestros perfiles de redes sociales las pruebas (los pantallazos) demostrativos de que cada vez que se revelan nuevos datos sobre el caso de los vertidos, el Ayuntamiento de Palma responde reenviando, como si fuera novedad, la nota de la inversión de 22 millones prevista en un tanque de laminación que –no lo olvidemos– tan sólo evitará los vertidos contaminantes cuando se produce el desbordamiento de la depuradora por las lluvias. Si yo, que soy la directora del medio que descubrió el asunto, había dado por sentado que la información era fresca, qué no pensarían los lectores. Era y es nuestro deber advertirles.
El pasado mes de septiembre se cumplieron tres años de la denuncia de este periódico en relación a los vertidos que ha derivado en un procedimiento penal por delito contra el medio ambiente. Desde entonces no se ha llevado a llevado a cabo ninguna acción efectiva para evitar la contaminación masiva de las aguas costeras de Baleares, salvo, en el caso de Palma, cacarear la futura construcción de un depósito de aguas. Y créanme que cuando digo nada es nada, como no es no y nunca es nunca, que recitaría nuestro presidente. Me alegraré mucho cuando ese nuevo colector esté en funcionamiento y no dudaré en felicita a quien, tarde pero bien, lo haya hecho posible. Mientras tanto agradeceré a las autoridades que no tomen más el pelo a los ciudadanos.
Por cierto, en nuestro capítulo de este mes sobre el culebrón de las depuradoras y los emisarios submarinos damos un dato que, seguramente, será del interés de las personas que han sido llamadas a declarar ante el Juzgado de Instrucción número 12 de Palma. La Fiscalía apunta a que el supuesto delito está principalmente en los vertidos regulares, los cuales llevan décadas imcumpliendo los estándares de tratamiento que exige la Unión Europea, y no tanto en los episodios en que las depuradoras resultan sobrepasadas por las precipitaciones.
Nos toman el pelo con los vertidos
El pasado mes de septiembre se cumplieron tres años de la denuncia de este periódico en relación a los vertidos que ha derivado en un procedimiento penal por delito contra el medio ambiente. Desde entonces no se ha llevado a llevado a cabo ninguna acción efectiva para evitar la contaminación masiva de las aguas costeras de Baleares, salvo, en el caso de Palma, cacarear la futura construcción de un depósito de aguas.