LA TRIBUNA DE LA MAR

MIGUEL FÉLIX CHICÓN RODRÍGUEZ

Nacido en Tánger en 1960, las travesías del Estrecho de Gibraltar realizadas siendo niño le dejaron un poso que le llevó a cursar, años más tarde, estudios de capitán de la marina mercante en Palma y Barcelona. Desde 1978 hasta 1994 navegó como oficial en buques petroleros, en frigoríficos, como alférez de fragata en la Armada española y ejerció el mando de buques de pasaje, de tipo ferry y embarcaciones de alta velocidad. Fue jefe del Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo en Palma desde 1996 hasta 2022.

Ortodrómica

Finalmente, la Trinidad debe quedarse en las Molucas para reparar una vía de agua en la sentina y la Victoria zarpa sola para regresar a España cargada de especias surcando el Índico y bordeando las costas africanas

Elcano siguió una ruta ortodrómica casi perfecta por el Índico Sur hasta llegar al sur de África. / Wikipedia

Ortodrómica: la distancia más corta entre dos puntos de la esfera terrestre no es la línea recta, sino la curva que, uniendo esos dos puntos, coincide con el arco del círculo máximo que circunvala la Tierra pasando por ellos.

En las Molucas el trato es cordial y los canjes de las diferentes mercaderías que llevan en la Trinidad y la Victoria por clavo, pimienta, nuez moscada y otras especias se van sucediendo de forma fluida. Todo va guardándose, primero en el almacén construido al efecto por el rey Manzor, y, a medida que este se va llenando, transportando y estibándolas a bordo de ambas naves. Estiba que debe ser meticulosa para que tan valiosa carga no se eche a perder ni pierda sus ricas propiedades y aromas en exceso.

A mediados de diciembre ya están las dos naos cargadas y listas para partir. En medio de una gran algarabía y efusivas despedidas, la Victoria leva anclas, iza velas y se hace a la mar, esperando afuera a la Trinidad. Pero esta tiene muchas dificultades para levar y, durante la operación, los marineros notan que sufre una importante vía de agua en la sentina. La Victoria vuelve al fondeadero y ambas tripulaciones, con la ayuda de los nativos, desestiban la carga y la almacenan en tierra, mientras intentan encontrar la vía de agua con la ayuda de indígenas, que bucean con los cabellos sueltos para intentar, así, dar con la entrada de agua. Todo resulta inútil, no se da abasto para achicar el agua que entra. La Trinidad debe reparase a conciencia y esto llevará bastante tiempo. Los monzones que soplan del este son favorables para intentar la travesía del Índico con rumbo al poniente y ambos capitanes deciden que es mejor separarse. La Trinidad, al mando de Gómez de Espinosa, permanecerá en Tidore reparando y, cuando esté lista, intentará regresar hacia el este, por el Pacífico norte, para llegar a las costas españolas de México occidental que bañan el Pacífico. Será el primer intento del Tornaviaje.

La Victoria, con Juan Sebastián de Elcano al mando, arrumbará hacia el Cabo de las Tormentas (Cabo de Buena Esperanza). Las despedidas son dolorosas, los amigos se separan y los que quedan en la Trinidad encargan a los de la Victoria que no dejen de visitar a sus mujeres, a sus madres, incluso sabiendo que la travesía será muy dura y que, tal vez, no vuelvan a verse ni consigan regresar a Sanlúcar. Tras recalar en varias islas para aprovisionarse lo mejor posible ante la larga travesía que les espera, el 11 de febrero salen de Timor.

Con el fin de evitar ser avistados por los portugueses, y de acuerdo con toda la tripulación, arrumban entre una y dos cuartas al norte del sudoeste. Y así lo hacen; no ven tierra en toda la travesía, excepción hecha de un islote cercano a los 38º de latitud sur, de altos acantilados en el que no fondean. Más tarde el islote será nombrado Ámsterdam por los holandeses, que dan el nombre de Elcano a uno de sus cabos (Pointe del Cano). Y es que Elcano, dotado de una gran intuición y conocimientos de navegación, a base de bordos para ganar barlovento, traza una derrota ortodrómica casi perfecta por el Índico Sur hasta su recalada en el Cabo de Buena Esperanza, bajando hasta los Rugientes Cuarenta; pero la confluencia de las corrientes de Las Agujas y la de Benguela en la costa sur de África convierten esta zona en un lugar temible para navegar y la Victoria pasa semanas frente a él, capeando temporal tras temporal. Finalmente, tras un duro temporal, Elcano se acerca todo lo posible al cabo, logrando doblarlo el 19 de mayo y arrumbar, por fin, al noroeste, en un océano ya conocido, el Atlántico. Sanlúcar queda más cerca. El escorbuto, sin embargo, ya ha aparecido y se une a las penurias de los temporales y a las averías de una pequeña nao que, ahora sí, podemos decir que ha surcado las aguas de todos los océanos.

«…La tormenta anuncia su amenaza el día 16. Los navegantes aferran las velas apresuradamente (…) Todas las escotillas son herméticamente cerradas (…). La nao es lanzada de una a otra ola; tan pronto en lo alto de una montaña de espuma como en lo hondo de un abismo (…). Una y otra vez la Victoria desaparece, pero emerge siempre con la quilla casi al aire, vertiendo a cada banda ríos de agua… De pronto, un chasquido siniestro hacía la proa. El huracán ha roto el mástil y verga del trinquete…» (Arteche).

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Las cañoneras

Las pequeñas lanchas armadas creadas por el almirante Antonio Barceló causaron estragos en las defensas británicas en el Gran Asedio a Gibraltar

Mascarones de proa

La representación de figuras como leones, águilas, dragones y otros animales que simbolizaban la fiereza del barco y sus tripulantes era muy utilizada.

La broma

El molusco ‘teredo navalis’ podía acabar con grandes construcciones de madera, desde diques hasta cascos de barcos, y Colón y Elcano sufrieron en sus naves su destructiva acción

La pacotilla

En la Carrera de Indias y en la del Pacífico los tripulantes complementaban su buen sueldo con artículos para comerciar tanto al llegar al destino como en el regreso

Universidad de mareantes

La imagen de los marinos como un colectivo de rudos analfabetos no se corresponde con la realidad. ¿Cómo explicar, si no, el éxito en la construcción de los buques y su navegación por los océanos?

La estabilidad en los galeones

Estabilidad de un buque: propiedad que este tiene de recuperar su estado de equilibrio inicial (adrizado) cuando un elemento interno o externo (mar o viento) hace que lo pierda.

Las bombas de agotar

Las bombas de achique eran desde el comienzo de los tiempos de la navegación hasta la actualidad un elemento vital en la equipación de los barcos

La aguja de marear

Sobre el siglo XII ya se utilizaban agujas magnéticas colocadas sobre un flotador en una vasija con agua para dar los rumbos en navegaciones largas

El timón de codaste

Su invención revolucionó la navegación y realizar travesías con un mínimo de garantías. Hasta entonces los barcos se gobernaban con los remos.

Cuatro cuartas y través

Teorema de Pitágoras: En todo triángulo rectángulo, la longitud de la hipotenusa es igual a la raíz cuadrada de la suma de las áreas de los cuadrados de las respectivas longitudes de los catetos.

Los mártires de Nagasaki

Hideyoshi, unificador de Japón, condenó a una cruel muerte a 26 cristianos, 17 laicos japoneses, tres jesuitas japoneses y seis franciscanos pues temía que la evangelización fuera el paso previo a la conquista española

La seguridad a bordo

Medidas operativas, invocaciones, supersticiones y rituales se mezclaban antaño con el afán de garantizar la supervivencia frente a la furia del océano

La vida a bordo de una galera del siglo XVI

Pesca, juegos de naipes (aunque estuvieran prohibidos), representaciones teatrales, belenes y lecturas en voz alta de libros de caballerías amenizaban las duras condiciones de los marineros.

La peste de las naos

El escorbuto causó más muertes que cualquier naufragio o batalla en las travesías de las naos que se prolongaban durante meses - James Lindt encontró el remedio contra la enfermedad: la vitamina C

El Galeón de Manila

El primer tornaviaje Andrés de Urdaneta genera lo que puede considerarse la primera línea marítima regular conocida, que une tres continentes durante 250 años

El motín del San Jerónimo (y II)

Lope Martín quiere abandonar en el atolón de Ujelang a los que considera sospechosos de no apoyarle, pero las cosas no salen como pretende

El motín del San Jerónimo (I)

Es evidente que Lope Martín, piloto del San Jeróniimo acusado de deserción, no desea llegar a Filipinas y que su objetivo es dirigirse a la China para dedicarse al pirateo

El tornaviaje

La expedición de Urdaneta logra al fin establecer el Tornaviaje en 1565 y comienza así la primera línea regular conocida, el Galeón de Manila, que unió durante 250 años las costas de México y Filipinas

Las Filipinas

Ruy López de Villalobos mandó la expedición con trágico final para él en la que dio nombre a las islas del gran archipiélago asiático en honor del entonces hijo del emperador Carlos I

La guerra de las especias

Tras la muerte de Loaísa y Elcano, la figura de Andrés de Urdaneta se revela como decisiva por sus dotes de negociación con los indígenas, mientras las dinastías española y portuguesa habían pactado ya la cesión de las Molucas a la corona lusitana

La odisea del Santiago

Este patache de no más de 20 metros de eslora recorre todo el litoral pacífico americano hasta llegar a Nueva España (México)

La expedición de Loaísa

El emperador Carlos I decide armar una flota al mando de Frey García de Loaisa, formada por siete barcos y unos cuatrocientos cincuenta hombres

Juan Sebastián Elcano

Solo 18 hombres, por fin llegan a Sanlúcar el 6 de septiembre de 1522, totalmente desfallecidos, demacrados, habiendo completado la circunvalación de la Tierra

Magallanes

El almirante, convencido de que la Armada de las Especias es casi invencible frente a los indígenas, urde un plan para someter al jefe Celapulapu. Reúne un grupo de solo 50 hombres con él al frente para enfrentarse a 1.500 guerreros armados con lanzas de caña

El mar del Sur

Encontrado el deseado paso entre el Océano Atlántico y la Mar del Sur, Magallanes y su menguada armada de tres naos comienzan una de las más duras, largas y terribles travesías afrontadas por el ser humano

La Armada se deshace

El testimonio del piloto de la San Antonio, tras amotinarse y regresar a España, hace que se dé por perdida para siempre la Armada de las Especias y por fracasado el intento de hallar un paso que una Océano Atlántico y Mar del Sur

Motín (I)

¿Qué podía impulsar a un grupo de hombres a amotinarse contra la autoridad establecida por el rey aun a sabiendas de que el castigo era la muerte?

Primus circumdedisti me

En 2022 se cumple el quinto centenario de la primera vuelta al mundo. Así eran las naos que emprendieron la travesía y los hombres que las tripulaban.

Gente de guerra y de pluma

El cabo lombardero estaba al cargo de las culebrinas, falconetes y pedreros, mientras que los arcabuces y resto de armas eran responsabilidad del mayordomo de artillería.

Gente de cabo

Contramaestres, barberos, carpinteros de ribera, calafates, remolares, boteros, proeles, timoneros y alguaciles eran algunos de los especialistas que poblaban las tripulaciones de antaño

La chusma

La RAE la define, en su primera acepción, como «conjunto de galeotes que servían en las galeras reales». Así era la vida a bordo de aquellas embarcaciones.

El Ponent

Cada puesta de sol era admirada, pero no era capaz de ver el rayo verde. Tampoco es que tuviese mayor importancia, pero es cierto que me generaba dudas hasta de su existencia

El Llebeig

El viento del sudoeste para los helenos, uno de los Anemoi Menores, estaba representado en la Torre de los Vientos de la Acrópolis ateniense como un joven alado, sin barba, que controla el timón de un barco.

El Migjorn

En la Torre de los Vientos de la Acrópolis los helenos llamaban al viento del sur Notos, el portador de la lluvia

El Xaloc

El amanecer de Sirius por el sureste, por el xaloc, ya era muy celebrado por los egipcios, que la consideraban el Ojo del Cielo.

El Gregal

Tenemos que considerar su origen latino y situarnos en un punto imaginario central del Mare Nostrum: es el viento que sopla desde Grecia

La Tramontana

El único viento con nombre femenino, que deriva del latín transmontanus, de más allá de las montañas, ya sean los Alpes o los Pirineos

La rosa de los vientos

Su invención se atribuye al mallorquín Raymundus Llullius (Ramón Llull), quien se basó en trabajos descritos en el Libro II de Geografía Física, de Plinio El Viejo

‘Navigare necesse est’

Ahora que estamos capeando un duro temporal seamos, más que nunca, consecuentes con ello y naveguemos con determinación para arribar todos a buen puerto. Es hora de navegar, es necesario.