El Ayuntamiento de Alcudia quiere suspender las obras de Alcudiamar.
El ayuntamiento lo sabe desde el 2016, se confirma en 2018, y esperan a que comiencen las obras para poner el grito en el cielo diciendo que la extensión del varadero es ilegal. Se me ocurre que aquí hay una mala leche nada disimulada para ver quién es el mas fuerte, una bola maloliente a tres bandas: Alcudiamar, APB y Ayuntamiento de Alcudia, donde el ayuntamiento y la APB tienen todo el tiempo del mundo para meter bulla e invocar justicia con pretensiones barriobajeras, pero Alcudiamar tiene que responder con el canon de 2,7 millones y la inversión de 21. Y después quieren atraer a inversores extranjeros. Vamos señores, dejen los culebrones para la tele, que al ciudadano le cuestan mucho y hay maneras más honestas de conseguir votos.
El Aida nova funciona con gas natural licuado
Habiendo dado palo -merecido o no- a los cruceros durante la primavera y el verano, aquí nos llega una noticia alentadora y comprobable: cruceros que disminuyen su polución a límites aceptables. Esto es totalmente combinable con la reducción de escalas. Es una de las demostraciones de lo productivo que es tener una estrategia, y seguirla: los cruceros programaron reducir emisiones más allá de las exigencias internacionales, y gracias a eso, aquí tendremos cruceros y aire limpio. Vamos por buen camino, uno de los problemas, zanjado. Ahora falta regular la afluencia turística para que no llegue a la saturación.
Proceso contra Emaya por los emisarios
Es lo mismo que demandarlos por falta de carreteras, colegios o el cambio climático, todas cosas que se saben hace mucho, pero que se han ido postergando por otras prioridades. Si se va a enjuiciar, se deben enjuiciar todos los gobiernos desde que las depuradoras llegaron al 80% de su capacidad (esperar al 100% es demasiado tarde, ya que las soluciones no se consiguen de un día para el otro). No hay cosa más fácil que dejar el paquete en el despacho del que asume, y pasar a la oposición. MES no hizo mucho, pero tampoco escabulló el bulto. No mintió, clausuró las playas cuando se debía, y por una vez, alguien que prometió transparencia cumplió, y habrán forzado con ello el comienzo de una solución real. No me gusta la política moderna, ni los que la ejercen, pero ignorar esto es de necios.
El amarre para Rafa Nadal.
Lo jodido de tener éxito y pasta en un país donde las frustraciones campan, es que los acusadores hacen perder tiempo y recursos (que ya son escasos) montando un sainete tipo telebasura antes de cerciorarse, con expertos de confianza, si vale la pena intentar ser quijotes sin saber cabalgar. En todo puerto deportivo se acomodan amarres a embarcaciones específicas. Se definen dos amarres anchos utilizando tres mas angostos. Tanto es esto así con los catamaranes (el nuevo de R. Nadal es el objeto de la discordia), que, en todo el mundo, las tarifas de amarre tienen un condicionante que generalmente reza "catamaranes, + 50%" porque se sabe que un catamarán tiene casi el doble del ancho de una embarcación normal, y que ocupará más que un amarre. Y si definiéramos amarres extra-anchos para catamaranes y no los llenáramos todo el año, sería una pérdida importante de dinero porque las concesiones pagan canon por metro cuadrado de agua, esté ocupado o no. Y en Mallorca ese metro cuadrado es muy, muy caro. A veces más caro que en Mónaco, aunque parezca mentira.
Mientras los metros cuadrados ocupados no sobresalgan del perímetro de la concesión, todo es legal. Y en este caso, eso se ha respetado. Mes: no entréis en el juego fácil de despertar la duda, porque si bien la frase atribuida a Goebbels -el director de propaganda nazi - "miente que algo queda" todavía funciona, la gente está cansada de malos rollos y mentiras y de que encaramados al poder pierdan el tiempo en propagandas banales y no se ocupen de mejorar el nivel de vida de los gobernados. Y a Nadal se lo quiere mucho más que a cualquiera de vosotros, porque él solito ha hecho más por Mallorca que todos los gobiernos desde la Transición. Me refiero a no dejar de ser Manacorí ni en las formas ni bien dentro.