En Baleares se tramita el Plan General de Puertos del pacto de izquierfas de socialistas, ecosoberanistas y los antisistema de Podemos. Más que un Plan realmente es una moratoria portuaria.
Se supone que el objetivo es constituir la ordenación y planeamiento de los puertos competencia de la CAIB. Sin embargo, comprobamos que el Plan no nos da esa planificación, sino una prohibición taxativa de construcción de nuevos puertos y de ampliación de los existentes. El Estudio de Demanda de 2015 plasmaba claramente dos cosas: de un lado que la lista de espera en solicitantes de amarre es de más de 6.000 solicitudes y que el crecimiento previsto de la demanda (a 20 años vis-ta) es de entorno a 7.000 solicitudes de amarre adicionales. Eso nos da unas 13.000 solicitudes de amarre.
Por otro lado, dice el estudio que sí es posible un crecimiento sostenible en materia portuaria. A pesar de ello el Plan no da motivación alguna del por qué se decide aplicar una moratoria portuaria, un claro de las facultades discrecionales de la administración que contradice lo establecido en el propio plan de adecuar la demanda a la oferta. No incluye el Plan ninguna acción dirigida a ello de forma sostenible y viable, decisión política que conlleva el bloqueo del crecimiento económico del sector.
El Plan tiene por objeto recoger la ubicación y la clasificación de las instalaciones portuarias con criterios de sostenibilidad medioambiental y de equilibrio territorial, cuidando las relaciones de las zonas costeras con las de interior, coordinando estas instalaciones con las redes de transporte terrestre y dando respuesta a las necesidades comerciales, industriales, pesqueras y deportivas del sistema portuario. La realidad es que es simple y llanamente un mero inventario de las instalaciones ya existentes.
El Plan no detalla cómo se ha de articular con los ayuntamientos y consells insulares la creación de marinas secas (la mayoría de los existentes están en terrenos rústicos de forma irregular). El plan debería proponer la fórmula que permita la legalización y creación de esas marinas secas y no lo hace. Le sorprenderá saber al lector que en estos 7 años de pacte no ha habido ni una sola reunión ni con ayuntamientos ni con los consells para trabajar este tema.
Aspiran a cubrir el déficit de amarres con rampas de varada y marinas secas. Y eso es imposible. Queda fuera toda la flota de veleros y de embarcaciones de madera, así como las esloras superiores a 8 metros. La instalación de pantalanes flotantes o polígonos de fondeo de época estival no solucionan tampoco este problema. No se absorbe ningún crecimiento y ni mucho menos da solución –ni tan siquiera mínima- a los más de 13.000 peticionarios de amarre de los próximos 20 años.
No habla el Plan del fomento de la práctica del deporte náutico ni del palmarés de nuestrosr Regatistas, con los que luego los polticos corren a hacerse la foto. Tampoco de la defensa del patrimonio histórico de la náutica y de las barcas tradicionales.
Demoniza al sector náutico como destructor del medio ambiente, obviando el hecho de que por la normativa vigente existe una gran exigencia para los explotadores portuarios de poseer certificaciones ambientales. No habla el Plan de la capacidad de crecimiento económico ni de la creación de puestos de trabajo, ni de potenciar la creación de varaderos, astilleros o centros de hibernaje y reparación de embarcaciones. Ni de apoyo a la formación profesional en el sector.
Y si todo ello le parece poco al lector, ahora resulta que surgen iniciativas municipales y en los consells insulares por parte de los socios del Pacte en rechazo a las marinas secas y las rampas de varada que recoge el Plan. Pues nada. Todo prohibido. cojonudo