Accedo a la web del Palma Boat Show y lo primero que encuentro son los logos de esas tres entidades tan diferentes, tan condenadamente separadas para legitimar el mensaje de que allí hay huevos, todos los necesarios, no vayan a creer que Palma, la náutica y el mar es todo lo mismo.
No, aquí somos específicos, diferentes, Palma International Boat Show, Boat Show Palma y Palma Superyacht Show, y eso de todos a una, res. Las mejores ferias náuticas aúnan marca, las hace más fuertes. Nosotros dividimos y separamos escudados en conveniencias, ignorancia y normativas caducas que no hay interés en adaptar a la realidad del día a día. Ya las interpretarán a su favor cuando les convenga. Como hace la APB. Otra que hizo el IDI (Instituto de Innovación Industrial) es dejar tirada a la versión virtual del evento, el Balearic Yacht Show, a la que dijo que se tenía que buscar la vida y funcionar autónomamente, buscándose sus propios patrocinadores. Es que son muy buenos a la hora de ponerse las medallas y cobrar, pero para el resto...
El lugar es bonito, precioso diría yo, aunque habrá una parte híbrida, la de medio-yo y medio-tú donde el Moll Vell y Marina Charter mantienen parte de sus amarres como si fueran islas dentro de la feria. Conozco ese rincón del puerto y la operativa, y no era necesario llegar a ello, pero hacen falta dos para bailar tango.
Sin embargo, habrá Boatshow Palma International Boatshow Palma Superyacht Show, trabalenguas náutico por obra y gracia de quienes los forman.
No creo que los organizadores se den cuenta de lo que está en juego: de los eventos náuticos de este tipo en el Mediterráneo, y para la gran parte de Europa, somos el primero en vivo desde la feria de Génova en octubre del 2020.
TODA Europa nos estará mirando, y dependiendo de cómo nos vaya se adoptarán medidas que afecten a otras ferias y a la industria náutica. Nos juzgarán por la organización, por la efectividad de las medidas, y por los resultados. Se hablará de los expositores y las embarcaciones, pero Covid será el rey. Y mucho de lo que suceda estará en manos de quienes asistan.
Sí, como lo oyen. ¿Qué valor tiene que los organizadores hayan definido un cierto circuito si los asistentes no lo respetan? ¿De no saber esperar si el aforo está completo? La euforia de volver a disfrutar presencialmente nos puede jugar una mala pasada. Con dos franjas horarias muy amplias (10:00 a 15:00 y 15:00 a 20:00) y tres entradas al recinto, será difícil controlar el aforo establecido por más lectura de código QR que se haga.
Y luego la parte que todavía llevamos demasiado dentro: imagínense poseedores de entradas de 10 a 15 llegando a las 15:30. ¿Se les negará la entrada? ¿Quien va a lidiar con los pollos que van a montar? ¿Las azafatas contratadas? Pobres.
La obligatoriedad de llevar instalado la App Radar Covid se informa en letra pequeña y no resaltada en la página de compra de entradas. Eso va a provocar broncas y demoras. Y pese a todo esto debemos dar el ejemplo, si queremos que se nos siga reconociendo como líderes de la náutica en el Mediterráneo.
Pese a que el IDI no sepa mirar más allá de su propia nariz, muchos ojos estarán puestos en Palma y en las noticias que el salón náutico genere. La belleza del paisaje, la geografía y el clima no son mérito nuestro: están allí desde siempre. Eventos internacionales como éste son nuestra carta de presentación. Por favor, colaboremos. No hagamos un papelón del que se acaben enterando en todas partes.