Zenda editorial tiene cinco libros publicados, todos de aventuras. Ya saben que las novelas que están en esta categoría se consideran segundonas por no desarrollar los personajes, mostrar un reflejo de la época o estar perfectísimamente documentadas. Sin embargo, cumplen con creces su objetivo: entretienen. Zenda se ha unido a Edhasa reeditando seis libros más. El último publicado es Simbad el marino.
Simbad son siete cuentos de tradición oral -se repiten las fórmulas de inicio y fin de cada cuento y otras fórmulas propias de la oralidad- datados sobre el 800 de nuestra era, pero se cree que el origen está en Historia del marinero náufrago del 2200 a. C. y que se conserva en el papiro de Leningrado: ¡4200 años de cuento, se dice pronto!
Las historias son sencillas. Simbad, el mozo de cuerda, maldice su vida frente a una casa y le invitan a pasar. El dueño -Simbad el marino- le explica que él sí ha pasado penalidades, que se siente a la mesa con unos amigos y le contará sus vicisitudes. Esto ocurre durante siete días, donde relata sus encuentros con el pájaro Ruj, la isla que es una ballena, los hombres alados…
Es la versión oriental de Ulises, una historia que es tan universal que es local (o al revés). Simbad es un comerciante que sale a la mar, hace frente a sus desdichas, que naufraga, que viaja con otros comerciantes y que hace dinero. Un punto importante es que, además de aventuras, hay una descripción de la geografía física y humana del Índico. Se explica el tamaño del Golfo Pérsico, con que se comercia aquí y que encontraremos allí, dónde hay colmillos de elefante o bambú. Es una guía de comercio y, recuerden, son cuentos orales: basta con sentarse y escuchar, no hace falta saber leer.
El editor del libro es René R. Khawan, un señor que nació en Alepo en 1917 y murió en París hace casi 20 años. Lingüista, traductor y, sobre todo, arabista que dedicó casi 20 años a Las Mil y una noches para devolverle su esplendor sin recortes ni ampliaciones que se fueron añadiendo con el tiempo. Por ejemplo, separo las historias de Simbad que fueron anexadas en una edición egipcia y nos dejó esta reedición espectacular que incluye un prologo de Pérez-Reverte y un epílogo -impresionante- del propio Khawan.