A veces se te ocurre escribir sobre algún barco pero piensas que no tendrá chicha suficiente. Entonces recibes inputs suficientes para verte obligado a hacerlo. En este caso, el último fue vía Instagram. Y aquí estoy, hablando de una joyita que me ha quitado el sentido.
Una de las últimas veces que salí al mar, allá por marzo, me crucé con un velerito aparejado en cutter, de poca eslora, mangudo y una cabina chata. El que lo diseñó se inspiró sin duda en algún barco de trabajo. Todo un carácter, una silueta redondeada y fuerte. Si fuera un jugador de rugby sólo podría ser un talonador.
Estos días de confinamiento entré en alguna web para mirar barcos de hasta 7 metros y apareció de nuevo. ¡Vaya, estaba en venta justo ese barco! Puede ver fotos del interior y la cabina era realmente espaciosa para un barco de 20 pies. Una cocina en la banda de babor y frente a ella un banco corrido; a proa, sin ninguna separación, una litera ocupa todo el espacio. Tiene pinta de que se puede estar en el interior de pie.
Me entretuve investigando y esto es lo que les puedo decir. Es un diseño de Bruce Bingham, un señor que cansado de pensar en barcos y no navegar lo envió todo a paseo, se compró una goleta y se pueso a dar vueltas por el mundo tal como se puede leer en la entrevista que le hicieron en 1977 en el New York Times.
En origen se vendían los planos para la fabricación amateur. El siguiente paso fue producir un kit a partir del molde que hizo el propio Bingham pero que vendió a un astillero. Te podías hacer con el kit y acabarlo tú o ya el barco completo. Un segundo astillero se hizo con el molde y lo estuvo fabricando durante veinte años.
Las webs y revistas consultadas hablan de un barco resistente y marinero, con una confortabilidad mayor de lo esperado para un velero de 6 metros de eslora y muy evocador. De hecho, lo comparan con Elvis o Prince, artistas que con citarlos se nos aparecen nítidamente.
Hay webs dedicadas a este modelo (flicka20.com) o a un barco concreto (flicka20-wookie.com). En la primera hay una relación de casi 200 unidades repartidas por el mundo, incluyendo al Flicka mallorquín. Están muy cotizados por lo que el precio es salado para un barco de esta eslora pero adecuado a una joya. Está claro que nunca entrará en los artículos de la (muy) británica Classic Boats que dedica a los Affordable Classics.
Sí, estaría bien hacer un listado de clásicos accesibles que podemos encontrar en nuestras aguas, ¿se apuntan?