Navigare necesse est es una frase que Plutarco atribuye a Pompeyo y un mantra en la Gaceta Náutica. Y lo cierto es que no sólo es necesario, sino fácil y barato. Una piragua de enésima mano puede ser gratis, suficiente para dar una vuelta por la bahía y visitar alguna cala. Un galeón con un motorcito fueraborda haría las delicias de los ingleses fanáticos del daysailing. No sé cuántos remolques puede haber en todas las rampas de Ports Ib un día de verano, pero sin duda son muchos los que disfrutan del mar botando y varando sus barcos sin la complicación de tener un amarre.
Si queremos comenzar a competir -especialmente los más pequeños- los clubes náuticos proporcionan el primer optimist. Y el segundo no tiene por qué costar un potosí. A partir de aquí se puede complicar un poco: un laser, un 420 o un 29er pueden salir por un pico. Si queremos competir en alguna clase concreta y exclusiva, tenemos que hacer un buen planteamiento. Un Dragon de madera o un Fife no están al alcance de cualquiera.
Pero aquí damos un salto mortal. El Club Nàutic de Cala Gamba organiza cada mes una regata con veleros clásicos que son accesibles.
Vayamos por partes. Cala Gamba es el centro mundial de la vela latina. Tal vez en Stintino (Cerdeña) tengan una flota tan numerosa y bien conservada. Los veleros clásicos son nuestros llaüts a vela latina y los hay con 100 años en sus cuadernas, por lo que podrían participar perfectamente en la división Época (paréntesis, en el Facebook del Museu Marítim de Mallorca pueden encontrar la charla de Don Manuel Nadal El retorno de los clásicos y conocer la diferencia entre Época, Clásicos, Espíritu de tradición y RI Clásicos) y los hay con menos de 10 años pero siguiendo fielmente los dictados tradicionales. Por último, la flota es súper amigable y siempre hay un hueco para un tripulante: en la última prueba del Trofeu Hivern César y Xisco se presentaron con un ukelele y varias mandarinas, suficiente para ser admitidos en el Cabrera.
Me dejaba dos cosas en el tintero. Las regatas están divididas en tres categorías, la división paseo permite tomar una salida y hacer un recorrido balizado pero sin la presión de la competición lo que anima a la participación. Los gallos están en la división regata, pero no hace falta ser un magnate de las navieras griegas para codearse con los mejores.
A partir de Sant Antoni vuelven las regatas pero si quieren ver más veleros clásicos que en Saint Tropez acérquense la próxima Diada de Vela Llatina, a mediados de septiembre, a Cala Gamba.