Esta curiosa ave pasa más del 90 por ciento de su vida en el mar y viaja largas distancias. Fotografía: Víctor París
Proteger al ave marina más pequeña y esquiva del mundo: el paíño. Este es el objetivo del proyecto SEAGHOSTS que quiere mejorar el estudio y la conservación de estas aves. El principal reto al que se enfrenta el proyecto es comprender las amenazas que afectan a la conservación de los paíños y mejorar la protección de las poblaciones de estas aves en Europa. La doctora Ana Sanz Aguilar, investigadora de la UIB y del IMEDEA (CSIC-UIB), lidera el estudio de acciones de conservación en las colonias de cría como parte de este proyecto.
SEAGHOSTS destaca como uno de los seis proyectos financiados por instituciones estatales en el marco de esta convocatoria, destinada a mejorar el monitoreo de la biodiversidad y el cambio en los ecosistemas en Europa. Con una financiación que supera los dos millones de euros, su meta es afrontar el desafío de comprender en profundidad a los paíños, las aves marinas más diminutas del planeta.
"Los paíños son excelentes indicadores del estado de salud del ecosistema marino: pasan más del 90% de su vida en el mar, viajan largas distancias, se alimentan principalmente de zooplancton, pueden llegar a vivir más de 30 años y son muy sensibles a las amenazas”. Hasta hace poco, desconocíamos dónde se alimentaban o dónde pasaban el invierno, nuestros estudios en Benidorm y Baleares han sido pioneros en este sentido", afirma Ana Sanz.
La investigadora destaca además la importancia de contar con datos precisos sobre la distribución de especies, las amenazas que enfrentan y qué acciones pueden mejorar su conservación, “SEAGHOSTS mejorará nuestro conocimiento de la ecología espacial, ecología trófica, demografía y amenazas a las que se enfrentan las diferentes especies de paíños presentes en Europa (Hydrobatidae y Oceanitidae), con el fin de ayudar a mejorar su estado de conservación", añade.
En Baleares y Benidorm, se han desarrollado medidas de conservación para las colonias de paíños, y los nuevos datos generados por este proyecto permitirán mejorar la comprensión de sus rutas migratorias y zonas de alimentación, identificando amenazas y áreas críticas que requieren protección adicional.
La investigadora que lidera el proyecto europeo, Ana Sanz, con un paíño en sus manos.
Esto incluye la identificación de puntos críticos no cubiertos por las Áreas Marinas Protegidas existentes, la edición de mapas de sensibilidad a impactos antropogénicos y la definición de Unidades de Conservación más precisas, así como la mejora de las estrategias de conservación en las colonias de cría.
"El proyecto tiene como objetivo abordar las lagunas en el conocimiento sobre la biodiversidad marina mediante la combinación de datos de monitoreo disponibles —demográficos, morfológicos, genéticos y tróficos— con nuevos datos que se adquirirán durante el proyecto, complementando así el muestreo en toda Europa. Este conocimiento también contribuirá, de manera más sólida y específica, a la definición de las diferentes Unidades de Conservación (CU) de los paíños que habitan nuestros mares", explica el investigador Raúl Ramos de la Universidad de Barcelona y coordinador de SEAGHOSTS.
Algunas de las metodologías que aplicará el proyecto SEAGHOST son: dispositivos de geolocalización ultra miniaturizados, modelado de hábitats, análisis de isótopos estables, análisis de metabarcoding de ADN, análisis demográficos, morfometría geométrica y caracterización de microplásticos.
El proyecto, se desplegará en los próximos tres años, involucra a un total de dieciséis socios de diez países europeos (España, Dinamarca, Alemania, Portugal, Grecia, Noruega, Italia, Francia, Irlanda, Islandia), así como uno de Estados Unidos y Canadá.
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