Las restricciones en el canal de Panamá inclinan la balanza del tráfico mundial de mercancías hacia otras rutas. Foto: Adobe Stock
Suez está ganando con una rapidez inusitada la partida al Canal de Panamá en el tráfico internacional de graneles sólidos en la ruta entre el Golfo de México y Asia. Los datos de la consultora S&P Global muestran que la cuota del canal egipcio en esta ruta había alcanzado el mes pasado el 83% del transporte de graneles sólidos (carga que se transporta sin embalar y en grandes cantidades como minerales o cereales) cuando hace un año era solo del 23%.
La consultora Clarksons Research pronostica que con el actual sistema de reservas en Panamá a partir de febrero es posible que ningún gran buque gasero, los VLGC, pueda transitar por las nuevas esclusas neopanamax y el paso por las antiguas se verá muy reducido. Todo esto tiene una única y peligrosa lectura: un fuerte aumento del coste tonelada-milla. Los barcos tendrán que optar por otras rutas más largas, rodeando continentes o navegando por el canal de Suez. No se engañen. Ese aumento de precios llegará indefectiblemente y a muy corto plazo al último eslabón de la cadena: el consumidor.
La sequía en Panamá se está llevando consigo la operatividad de su canal, que depende de las colosales cantidades de agua necesarias para mantener el sistema de esclusas con el que funciona la megaestructura de este país centroamericano, según una información de ANAVE, la Asociación de Navieros Españoles.
A partir del 1 de febrero del próximo año solo 18 buques podrán atravesar cada día el Canal de Panamá. Si tenemos en cuenta que en la actualidad esa cifra alcanza las 31 embarcaciones, resulta evidente el drástico recorte en el tráfico que está registrando este atajo, vital para el tráfico marítimo internacional, para las cuentas de gastos de las grandes navieras y, para la economía, también doméstica de todo el planeta. Cualquier aumento en los costes de las navieras provoca irremediablemente un aumento de las tarifas aplicadas a las mercancías transportadas y esa subida se trasladará casi de manera instantánea al precio de los productos en las estanterías de los supermercados.
¿Cuál es el motivo? Como ya explicamos en Gaceta Náutica, la Autoritad del Canal de Panamá se ha visto obligada a aplicar restricciones en el tráfico por la sequía que vive el país. En concreto, en 2023 ha llovido un 41% menos de lo habitual por lo que los lagos que alimentan el sistema de esclusas con el que funciona el canal, Gatún y Alajuela, han reducido a cotas que no se recuerdan el nivel de sus aguas. El paso de cada barco por el canal necesita 200 millones de litros de agua para completar la ruta y el preciado líquido elemento de estos lagos abastece también de agua a la mitad del país centroamericano.
Las esclusas neopanamax, las más nuevas y amplias del Canal de Panamá solo verán el paso de ocho buques al día a partir de febrero. Como medida restrictiva previa para afrontar la caída del nivel de las aguas, ya se había recortado en casi 2 metros el calado máximo de los buques que pasan por estas esclusas.
Un informe de la firma Poten & Partners, un bróker de petroleros con sede en Nueva York, pronostica que los grandes petroleros podrían dejar de atravesar el Canal de Panamá dado que sus viajes, no como en el caso de los portaconedores, están sometidos a una total falta de previsión y no pueden reservar turno con antelación en una fecha fija para cruzar por este atajo marítimo. Esto les llevaría a competir en las subastas para conseguir turno en las que el precio del paso se dispara irremediablemente.