¿Es la energía nuclear una vía para la descarbonización del mar?

La china CSSC acaba de presentar un proyecto de un gran portacontenedores propulsado por un reactor de sales fundidas

Existe una energía que permite al transporte marítimo asegurar las cero emisiones tanto de CO2 como de otros contaminantes como el azufre o el nitrógeno. Esta misma fuente de energía permitiría que los barcos solo tuvieran que repostar una vez cada 25 años. ¿Puede convertirse la propulsión nuclear en una alternativa para conseguir la descarbonización del mar?

Hace unos días la China State Shipbuilding Corporation, CSSC, uno de los mayores conglomerados de construcción naval en China, anunciaba su proyecto para construir un gran buque portacontenedores de 24.000 TEU de propulsión nuclear. La principal sociedad de clasificación marítima mundial, DNV, asisitió a la presentación del proyecto.

De salir adelante, podría significar un salto revolucionario en la problemática descarbonización del transporte marítimo que, a día de hoy, no ha encontrado una solución definitiva a largo plazo mientras hidrógeno, metanol, amoniaco o biocombustibles se sortean como posibles sucesores para los combustibles fósiles, cada uno con sus ventajas y problemáticas.

El portacontenedores chino contaría con una nueva generación de reactores nucleares de sales fundidas que utilizan una mezcla líquida basada en el sodio como refrigerante y en la que se diluye el combustible. Esta combinación permite absorber hasta ocho veces más calor que el agua que se utiliza ahora en este proceso.

El proyecto asiático no es una idea loca y aislada. El magnate Bill Gates es un firme defensor de esta tecnología para la generación de energía, que él denomina Natrium, los reactores nucleares de sodio que desarrolla con su empresa TerraPower.

Un informe realizado en la universidad técnica neerlandesa TU Delft para C-Job Naval Architects el año pasado concluye que, a pesar del escudo alrededor del reactor, la opción nuclear es más liviana y compacta que la opción diésel convencional. En el aspecto medioambiental, la investigación determinó que con esta tecnología puede haber una reducción de hasta el 98 por ciento de las emisiones de CO2 y se eliminan las emisiones de óxido de azufre y de óxido de nitrógeno.

También el presidente de la sociedad de clasificación estadounidense ABS, Christopher J. Wiernicki, afirmó en julio de este año que “el transporte marítimo no puede darse el lujo de ignorar el vasto potencial que ofrece la propulsión nuclear tanto en términos de reducción de emisiones como de eficiencia operativa". ABS había encargado a Herbert Engineering Corp (HEC) que modelara el impacto de la propulsión nuclear en el diseño, operación y emisiones de un buque portacontenedores de 14.000 TEU y un petrolero Suezmax de 157.000 DWT (carga bruta). En este caso, el estudio se basó en reactores refrigerados por plomo-bismuto y por tubos de calor.

Fincantieri, el astillero italiano que tiene en su cartera de clientes a navieras como Finnlines, Grimaldi, P&O Ferries y Tallink, entre otros, firmó también este verano un acuerdo con NewCleo, una empresa de nuevos desarrollos de energía nuclear, y la consultora y certificadora Rina para trabajar en un estudio sobre la propulsión naval nuclear.

Seguridad y residuos nucleares

En nuestro país, durante una mesa redonda en Valencia el año pasado, el responsable en España de Grimaldi Logística, Mario Massarotti, afirmó que “La energía nuclear tiene que volver a ponerse sobre la mesa” cuando se habla de la descarbonización del transporte marítimo y exigió que se buscaran soluciones factibles al sector ante la falta de decisiones que marquen una dirección clara en este ámbito.

Sin embargo, no es fácil que la energía nuclear encuentre hueco para un nuevo salto adelante. Muchos países restringen el paso por sus puertos de buques propulsados por energía nuclear, actualmente militares casi en su totalidad. Los riesgos para la seguridad seguirían ahí y cada año se van a pique varias docenas de grandes buques, según datos de la aseguradora Allianz. Además habría que solventar el problema de los residuos nucleares, pues sería necesario desembarcarlos en algún punto, lo que generaría también problemas.

El futuro y los nuevos desarrollos determinarán si la propulsión nuclear puede implantarse como una opción viable para las próximas décadas en la evolución del transporte marítimo.

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