Imagen de la prueba del viernes en el puerto de Ibiza. Fotografía: Trasmapi
La adaptación de nuevos combustibles al transporte marítimo vivió el viernes un pionero paso adelante en Baleares. Repsol y Trasmapi levaron a cabo ese día las primeras pruebas en España de utilización de biofuel en transporte marítimo. El protagonista fue el fast-ferry Illetas Jet, una nave de alta velocidad que navega en la ruta Ibiza-Formentera y fue diseñada por la naviera en colaboración con el astillero gallego Rodman Polyships con la participación de la firma de ingeniería naval RVelasco.
El objetivo final es sustituir combustibles de origen mineral como los basados en el petróleo o el gas natural por otros procedentes de materias primas sostenibles tales como residuos orgánicos, aceite de cocina usado o biomasa.
El Illetas Jet entró en servicio fue en 2017, seguido de las naves Migjorn Jet y Espalmador Jet. En los últimos años, Trasmapi ha preparado nuevas embarcaciones y remotorizado las existentes con el propósito de adaptarlas a los últimos estándares tecnológicos, siendo este año, 2024, el año de finalización de la remotorización en toda su flota de la ruta entre Ibiza y Formentera.
El empleo de biocombustibles (HVO) conlleva una gran reducción en emisiones de CO2 , las emisiones de partículas caen más de un 40%, y las emisiones de óxido de nitrógeno son hasta un 8% menores.
El objetivo es implementar este nuevo biocombustible en el sector marítimo para reducir las emisiones netas en el transporte, lo que supone una alternativa adicional a otras soluciones como la electrificación o el uso del hidrógeno.
Los combustibles renovables se producen a partir de residuos orgánicos, como el aceite de cocina usado o residuos agroalimentarios, dando una segunda vida a este tipo de materiales. Es una solución rápida y eficiente en coste para la descarbonización de todos los sectores del transporte, incluido el marítimo.
Estos combustibles son desde el punto de vista de calidad y funcionamiento en los motores, equivalentes a los convencionales a los que sustituyen. La diferencia entre ambos es que se fabrican de forma sostenible, reemplazando la materia prima convencional por materias primas sostenibles.
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