Javier Sanz: “La Ley debería reconocer la singularidad de los clubes náuticos”

El nuevo presidente de la Autoridad Portuaria de Baleares considera un “honor” su nombramiento y se compromete a trabajar duro para resolver los problemas de los puertos. Sobre las críticas a su edad: “No es fácil seguir mi ritmo en una excursión por la montaña”.

Javier Sanz, presidenta de la APB y de la RFEV, posa para esta entrevista en el puerto de Palma.

Javier Sanz (Madrid, 1949) tomó posesión como nuevo presidente de la Autoridad Portuaria de Baleares (APB) el pasado 14 de septiembre. Economista de formación y aficionado a la náutica, compaginará el nuevo cargo con la presidencia de la Real Federación española de Vela (RFEV) hasta los Juegos de París 2024. Toda su carrera profesional se ha desarrollado en la empresa privada. Ha sido también presidente del Real Club Náutico de Palma y artífice del periodo de mayor esplendor de la Copa del Rey de vela. La presidenta balear, Marga Prohens, le ha confiado el gobierno de los puertos de interés general en atención a su experiencia y perfil institucional.

Pregunta.­– ¿Contaba con ser propuesto para este cargo?

Respuesta.– La verdad es que no, nunca antes había ocupado un puesto de designación política. He trabajado toda mi vida en la empresa privada. Es cierto que he presidido dos entidades a las que se accede mediante votación, el Real Club Náutico de Palma y la Real Federación Española de Vela, pero no estaba en mis planes presidir la Autoridad Portuaria de Baleares.

P.– ¿Y por qué ha aceptado?

R.– Considero un honor que la presidenta haya pensado en mí. No he militado nunca en ningún partido político y me siento halagado, lo veo como un reconocimiento a mi trayectoria profesional. No podía decir que no. Asumo el cargo porque pienso que puedo ser útil y aportar una visión novedosa a la gestión de los puertos de Baleares.

P.– Se le critica que tenga usted 74 años.

R.– No pienso que la edad deba ser objeto de crítica, pero lo acepto. Es evidente que no soy ningún chaval. También le digo que procuro mantenerme en buena forma y no es fácil seguir mi ritmo en una excursión por la montaña (risas).

P.– La APB tiene mala imagen desde hace bastantes años por los escándalos en los que se ha visto envuelta.

R.– Es verdad, pero no sé hasta qué punto es del todo justa esa mala imagen. Me consta que aquí hay gente muy comprometida con su trabajo y que se esfuerza a diario para que los puertos ofrezcan un buen servicio. Los casos judiciales conllevan un daño reputacional que es muy difícil de revertir, con independencia de cuál sea su resultado. Es complicado cambiar los prejuicios. Vengo del mundo de la náutica y uno de los grandes problemas que tiene, quizás el mayor, es su identificación con la riqueza, cuando esa idea no responde a la realidad en la inmensa mayoría de los casos.

P.– Se ha referido a las causas judiciales que afectan actualmente a la APB. ¿Le preocupan?

R.– Claro. Me preocupan como ciudadano, pero en estos tiempos que vivimos hay que defender la separación de poderes y respetar la labor de la justicia. La APB debe estar abierta a colaborar con el juzgado en todo cuanto necesite. 

P.– La juez del caso Puertos ha denunciado trabas.

R.– Espero que esas trabas no hayan procedido de la APB. Si así fuera, le digo que se han terminado desde este mismo momento. Habrá colaboración total, como no puede ser de otra manera.

P.– Pero hay trabajadores que están siendo investigados y siguen tomando decisiones.

R.– Las decisiones las toma el Consejo de Administración a propuesta del presidente. Las personas investigadas no han sido condenadas, debemos ser escrupulosos con la presunción de inocencia. 

P.– Su nombramiento ha generado muchas expectativas, especialmente en el sector náutico. ¿Las ve exageradas?

R.– Si alguien se cree que tengo una varita mágica para solucionar todos los problemas de los puertos de un día para otro, no son exageradas, son falsas… Yo ofrezco mi experiencia y mi esfuerzo por mejorar las cosas. Prometo trabajo, dedicación y diálogo con todos los sectores y partes implicadas, pero, como siempre he predicado en las empresas donde he trabajado, hay que tener los pies en el suelo. 

P.– Por ejemplo, se dice que usted es un «hombre de club» y que le han puesto en la APB para salvar a los clubes náuticos.

R.– Sí, soy hombre de club. Negarlo sería faltar a la verdad. Hay declaraciones mías muy recientes, como presidente de Federación, donde defiendo la labor fundamental que realizan los clubes y donde digo que sin ellos no existiría la vela. Lo sigo creyendo y voy a hacer lo que esté en mi mano y sea legal –por favor, remarque lo de “legal”– para que sigan existiendo. Los clubes son necesarios para la sociedad, igual que lo son las marinas y el resto de operadores portuarios. En los puertos han de caber todas las actividades y el deporte, en Baleares, es muy importante. No es ningún secreto, tampoco, que el programa electoral del PP, que es el partido que me ha nombrado, se refiere expresamente a la defensa del modelo de los clubes náuticos. Ni lo es que Puertos del Estado, el órgano estatal del que dependemos, se comprometió públicamente en el último congreso de clubes de La Palma a buscar una solución al problema de los náuticos. No es un asunto fácil, está claro, pero hay que afrontarlo.

Javier Sanz en su despacho de la Autoridad Portuaria de Baleares.

P.– ¿Por qué es tan difícil?

R.– Porque la Ley Puertos del Estado no reconoce la singularidad de los clubes náuticos, cuya finalidad es el deporte. Esto hay que corregirlo o la vela terminará desapareciendo.

P.– Entiendo que aboga por un cambio legal.

R.– Sí, por supuesto. En La Palma se dio un paso de gigante cuando el presidente de Puertos del Estado pidió la palabra para decir que había que ponerle el cascabel a este gato. Hay que explorar esta y otras vías; siempre legales y sin tomar atajos.  

P.– Acaba de decir que el deporte es importante para los puertos de Baleares. ¿Por qué?

R.– Por dos razones. Una es que es una fuente de riqueza. Palma es un referente en la organización de eventos que tienen un impacto económico enorme. Lo hemos medido y lo sabemos. La otra, más importante aún, es que toda la industria náutica, desde el mantenimiento de embarcaciones hasta el chárter, existe porque hay aficionados dispuestos a invertir dinero en su ocio. Esa afición nace casi siempre de la práctica del deporte de la vela. Sin navegantes no puede haber náutica.

P.– ¿Por qué tantos concursos portuarios terminan en los tribunales?

R.– Porque hay más demanda que oferta y porque las empresas que concurren a ellos tienen el derecho de presentar contenciosos. Eso no quiere decir que tengan razón ni que siempre los ganen, pero es indudable que los pleitos acaban ralentizando los expedientes. Pasa con los puertos de Baleares, pero también en otros sectores.

P.– Pero la APB pierde a menudo.

R.– Cada vez que hay una sentencia se sientan unas bases que deberían incorporarse a futuros concursos para que no se repitan los mismos errores. La Administración no siempre tiene razón, para eso están el procedimiento contencioso. La cuestión es que las licitaciones sean cada vez mejores y no den pie a tantos litigios.

P.– Tiene otra patata caliente sobre su mesa: la falta de espacio para el sector de la reparación y mantenimiento de yates.

R.– Tengo varias y, sí, esta es una de ellas. El Govern quiere apostar por este sector porque está comprobado que genera empleo de calidad. No hay que olvidar que, al contrario de lo que ocurre en otros puertos de interés general españoles, que son principalmente comerciales, la náutica de recreo representa más de la mitad de los ingresos de la APB. Esto es así, en parte, gracias al sector de la reparación. Es obvio que no se puede pretender que crezca una actividad si no tiene donde realizarse. Hay que ofrecer más espacio a las empresas del refit, no sólo en Palma, también en los demás puertos.

P.– ¿Qué hará con la competencia de proyectos del Moll Vell?

R.– Prefiero no pronunciarme sobre casos concretos, ya que no conozco los detalles, pero le garantizo que las propuestas de esta presidencia buscarán siempre lo mejor para el desarrollo del sector industrial dentro de los límites de la normativa portuaria. 

P.– ¿Le gusta que el área industrial esté tan cerca de la Catedral?

R.– Personalmente no me gusta, pero mientras no exista otra alternativa, no podemos correr el riesgo de perder la actividad de casi 600 empresas y el empleo y la riqueza que producen. Hay que reordenar los usos del puerto teniendo en cuenta muchos factores. El paisajístico y la integración de la ciudad son dos de ellos.

P.– Cruceros. ¿Sí, no, cuántos?

R.– Sí, por supuesto. Tenemos un muelle específico para estos buques que fue apoyado y aprobado por todos los representantes de la APB. Pimeco acaba de pedir que se les levante el veto porque son buenos para el tejido comercial de Palma. En Ibiza y en Mahón también son importantes para la economía. Como cualquier actividad, tiene que llevarse a cabo de una manera mesurada, minimizando su impacto ambiental y evitando la masificación del destino. Lo lógico es establecer un número de escalas que no generen saturación y que al mismo tiempo sirvan para dinamizar la economía. Es una cuestión de equilibrio y, por tanto, de diálogo entre las partes.  

P.– Baleares, como territorio insular, depende por completo del funcionamiento de sus puertos de interés general. ¿Cómo valora la actividad de las navieras?

R.– Creo que hacen un trabajo muy satisfactorio. Hay competencia y cada vez hay más conexiones, los supermercados están abastecidos, las gasolineras tienen combustible... Nada de esto, que nos parece lo más normal del mundo, sería posible sin la función que realizan las compañías navieras que operan en Baleares. Son un sector estratégico y vital, como se vio claramente durante la pandemia. Me consta, además, que en algunos casos están avanzando mucho en la descarbonización de sus buques y en el uso de combustibles más sostenibles, como el GNL.  

P.– La reforma del Paseo Marítimo tiene en pie de guerra a los comerciantes.

R.– Nada más conocerse mi nombramiento, algunos de ellos se pusieron en contacto conmigo para explicarme la problemática. Había leído algo en los medios, pero no era consciente de la dimensión. Las obras siempre producen molestias y hay que ser comprensivos, pero no puede ser que pongan en peligro la continuidad de comercios y empresas. Hay que intentar que la reforma se haga dentro de los plazos previstos y manteniendo al máximo la actividad empresarial. No es un asunto que se pueda resolver con facilidad, como casi todos los demás, pero lo he situado entre las prioridades de la APB. 

P.– Por último. Las cuentas de la APB están más que saneadas, con mucho dinero en la caja y unos beneficios que superan los 30 millones de euros al año. Con estas cifras, ¿no es hora de afrontar inversiones, subir sueldos, contratar personal y rebajar la presión sobre los concesionarios?

R.– Su pregunta merecería una respuesta diferente si estuviéramos hablando de una empresa privada, pero la APB es un organismo público estatal que se financia a través de la gestión de los puertos, sin ninguna asignación presupuestaria, y donde las decisiones se deben tomar conforme a la Ley de Puertos y a unos objetivos estratégicos. Las inversiones, en cualquier ámbito, han de estar justificadas y contar con la aprobación de Puertos del Estado. Nuestra misión es, por un lado, mantener las cuentas saneadas y, por otro, promover cambios que se traduzcan en la mejora de los puertos. En eso estamos.


MUY PERSONAL

Javier Sanz es regatista y ha ganado tres veces la Copa del Rey MAPFRE, de la que fue organizador.

¿Dónde y en qué tipo de barco empezó a navegar?

Me inicié con el esquí náutico de joven, en un embalse junto al Escorial. Luego me pasé al windsurf y a la vela ligera con un 470, antes de comprar mi primer crucero, que fue un Puma 32.

¿Tiene barco actualmente?

Sí, un Sun Fast 40. Se llama ‘Más locura’.

Travesía favorita. 

La vuelta a Mallorca.

Travesía soñada. 

Me encantaría dar la vuelta a España con tranquilidad, sin prisas, disfrutando de sus puertos y de sus costas.

Recomiéndeme un libro de mar. 

Navegando en solitario alrederor del mundo, de Joshua Slocum

Un plato para tomar a bordo. 

Suquet de pescado acompañado de un buen Rioja.

¿TE GUSTA LO QUE HACEMOS?
HAZTE SOCIO DEL CLUB GACETA NÁUTICA.

Numerosos aficionados a la mar son lectores asiduos de Gaceta Náutica en sus versiones digital e impresa. Nuesta audiencia no ha dejado de crecer en los últimos años. Pero las sucesivas crisis han provocado una importante merma en la contratación de publicidad, nuestra única fuentes de ingresos.

Desde nuestra fundación en 2002 hemos sido un medio gratuito y queremos seguir manteniendo ese espíritu. Nuestras noticias siempre estarán en abierto para quien quiera leerlas o compartirlas. Para que esto siga siendo posible hemos puesto en marcha una campaña de contribución voluntaria mediante suscripción, una especie de taquilla inversa que funciona de una manera muy sencilla: si te gusta lo que hacemos, puedes apoyarnos con una contribución y pasarás a formar parte del Club GN.

Gaceta Náutica se ha caracterizado históricamente por su independencia y por publicar informaciones que no tienen eco en otras publicaciones del sector. Esta forma de entender el periodismo nos ha hecho acreedores de algunos premios como el que nos otorgó en 2017 la Asociación de Periodistas de las Islas Baleares (APIB) por nuestra investigación sobre la contaminación marina.

Contamos con poder mantener nuestro producto mediante un sistema mixto de financiación basado en la libertad comercial y el soporte de nuestro lectores socios del Club GN.

Esperamos haberte convencido y si no es así, no importa: sigue abriendo la Gaceta Náutica cuando quieras. Estaremos encantados de informarte.

QUIERO COLABORAR