Un submarino y un remolcador de la Armada soviética. Esta es la flotilla que detectó el Buque de Acción Marítima, BAM, Rayo, el P-42, el pasado 11 de octubre en aguas al sur de las Islas Baleares. Las dos naves estaban en un área cercana a la Zona Económica Exclusiva española, según ha informado el Ministerio de Defensa. El barco de la Armada española vigiló el tránsito de las dos naves rusas hasta que se alejaron de aguas bajo responsabilidad española.

En concreto las naves rusas detectadas son un submarino de la clase Kilo 2 y el remolcador naval Sergey Balk. Los submarinos de la clase Kilo, de propulsión diésel-eléctrica, son denominados coloquialmente por Estados Unidos como ‘Agujeros negros’ por su facilidad para desaparecer ya que están considerados los sumergibles con este tipo de propulsión más silenciosos del mundo.

El BAM Rayo es el segundo de la serie de los cuatro buques de acción marítima dependientes del Mando Naval de Canarias, basados en el Arsenal de Las Palmas, diseñados para llevar a cabo misiones de seguridad marítima, protección de los intereses marítimos nacionales y control de los espacios de soberanía e interés nacional, además de misiones en colaboración con Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la mar, tales como operaciones contra el narcotráfico o el terrorismo. También realizan misiones de control y protección del tráfico marítimo; vigilancia y control de pesca y lucha contra la contaminación marítima.

El BAM Rayo realiza misiones de control y protección del tráfico marítimo. Fotografía: Ministerio de Defensa.

El Rayo, que tiene 93 metros de eslora cuenta con una dotación de 52 personas y al mando se encuentra un capitán de corbeta. Dispone de un 1 cañón 76/62 OTTO-MELARA, 2 ametralladoras MK 38 MOD 2ª, y 4 sistemas de lanzamiento de señuelos Lanzachaff SRBOC MK36.

La tensión desatada por la guerra de Ucrania y ahora el nuevo foco de tensión entre Israel y Hamas hace que todas las unidades militares estén en máxima alerta ante cualquier posible incursión y el Mediterráneo es un punto geoestratégico vital en todo este escenario bélico por lo que todos los países de la OTAN vigilan de cerca los movimientos de los barcos de guerra rusos.

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