
La cabuyería es un elemento de suma importancia en cualquier tipo de embarcación, ya que de ella dependen maniobras tan básicas como el fondeo y el amarre. Además, en los barcos a vela, la cabuyería se usa para sostener también aparejos y ajustar la orientación de las velas, su embolsamiento, etc.
Cuando compramos un cabo, debemos pensar en el uso que le vamos a dar, porque no es lo mismo que sea para una driza que para una amarra.
Veamos algunas diferencias de uso según su composición:
Cabo de polietileno de alto módulo (HPME/Dyneema/…): suele tener un estiramiento bajo carga de trabajo inferior al 1%. Pesa muy poco (flota) y es muy resistente a la fatiga (doblado), a los rayos UV y a la abrasión. En cambio, su punto de fusión es relativamente bajo (150ºC), lo que puede suponer un problema en regata para aquellos cabos de fricción constante, como por ejemplo las escotas de spi. Se usa como alma o core de la mayoría de los cabos de regata, como funda en las zonas abrasivas que no tienen que pasar por winches o stoppers y en zonas de alta carga de trabajo estática (grilletes textiles o loops). Además, en el caso del Dyneema, al ir recubierto de poliuretano, presenta muy baja fricción, por lo que también se usa sin funda para pasar por anillas de fricción (barbers, backstay…)
Cabo de poliéster: puede llegar a tener un estiramiento bajo carga de trabajo inferior al 5%, un alto punto de fusión (260ºC), por lo que es ideal para una carga de trabajo moderada, porque se desgasta con los rayos ultravioleta del sol y con la fricción. Es muy adecuado para usarlo como funda de «sacrificio» de cabos de mejor gama. Al ser económico, también se usa a menudo como jarcia de labor en embarcaciones de crucero/chárter donde el precio prima sobre la prestación.
Poliamida (nylon): Tiene un estiramiento que puede llegar al 25%, absorbiendo los impactos. Además, es muy económico. Estas características lo hacen ideal para cabos de amarre, líneas de fondeo, etc.
Finalmente, existen las aramidas (Kevlar, Technora). Con un estiramiento inferior al 0.5% soportan cargas de trabajo muy elevadas, por lo que este tipo de material es ideal como sustitutivo del acero en las jarcias de alta gama. Por su alta resistencia a la temperatura, se usa en fundas de cabos de fricción de alta gama. Sin embargo, frecuentemente se combina con el poliéster por su alta sensibilidad a los rayos ultravioleta.
Es importante tener en consideración que comprar dos metros más de cabo acaba saliendo a cuenta. Al detectar los primeros signos de desgaste, podemos cortar un extremo del cabo y así desplazar las zonas deterioradas a otros puntos de la maniobra que tengan menos estrés. Otro práctico truco para alargar la vida de nuestros cabos de maniobra es darles la vuelta. De esta manera, también cambiamos las zonas dañadas de lugar y así se gasta menos las partes afectadas por el rozamiento.
Además, cuando el interior (alma/core) del cabo es de alta calidad, puede compensar cambiar solo la funda de nuestro cabo por otra nueva y así rentabilizar la inversión inicial.
Hasta aquí, nuestro primer capítulo de Diario del mantenimiento a bordo. ¡Gracias por leernos, aprendemos juntos!
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