La futura presidenta del Govern ha prometido acabar con la criminallización del sector.
El PP fue el único partido de cuantos concurrieron a las elecciones del 28-M que incluyó un apartado específico de náutica. En él se recogían las reivindicacines históricas del sector. Algunas serán muy sencillas de cumplir y otras casi imposibles, pues no dependen únicamente del gobierno autonómico. Marga Prohens, en cualquier caso, mantuvo una agenda frenética con los principales actores del sector y se marcó un tanto con la organización de un Foro Sectorial Náutico a dos semanas de los comicios, moderado por ella misma. El PSIB intentó enmendar su falta de iniciativa convocando a las asociaciones a una reunión con la presidenta. Pero Armengol se rajó a última hora y su sustituto, Iago Negueruela, no hizo otra cosa que dar muestras de sus escasos conocimientos de la materia y sus nulas habilidades sociales. La mayoría de asociaciones le dieron plantón.
OJO CON COSTAS.
La legistura arranca con la promesa de aglutinar todos los asuntos relativos a la náutica bajo el paraguas de una Conselleria de la Mar. La utilidad de este nuevo departamento se verá, sobre todo, en la gestión de las competencias de costas recién transferidas a la comunidad autónoma. La sola idea de que cayeran en manos de Medio Ambiente le erizaba el pelo a más de un navegante. Ahora veremos si se acaban todas las prohibiciones absurdas y sin ningún soporte promovidas por Miquel Mir durante la última legislatura.
EL ACOSÓ NO CESARÁ
Siento tener que decirles que la criminalización de la náutica no terminará con la formación de un nuevo gobierno. Los medios de comunicación se seguirán haciendo eco de las falsedades y exageraciones de las minorías que manejan el relato del ecologismo. El director de una conocida fundación amenazó hace unos días con abandonar su supuesta posición dialogante —que no es tal— ante la posibilidad de que sus teorías no sean secundadas al 100% por las autoridades.
HUELLA IRRISORIA
Una pregunta dirigida a los puertos deportivos de Baleares. ¿Qué hacéis certificando vuestra irrisoria huella de carbono? ¿No veis que, lejos de beneficiaros, estas cosas os perjudican ante la opinión pública, que piensa: seguro que contaminan más de lo que dicen? ¿Por qué todos estos consultores de fortuna que os sacan los cuartos no van a certificar la impronta brutal de las cementeras? Pensadlo un poco, venga.
HABLANDO DE CEMENTO
No todas las piezas del caso Puertos guardan relación con las concesiones de instalaciones deportivas. Al menos una de ellas, que permanece bajo secreto, tiene que ver con el siempre prosaico negocio de las materias primas para la construcción. No dire más, por responsabilidad y precaución, pero seguro que hay entre los avezados lectores de esta columna alguien que ya sabe a qué me refiero.