Los isótopos son la nueva clave para estudiar la dieta de las especies marinas. Foto: Jaime E. Rodríguez / IEO
¿Qué comen los peces? Esta en apariencia sencilla pregunta no tiene una respuesta tan fácil pues la disección de un pez solo permite conocer qué lleva en ese momento en el estómago. Sin embargo, una nueva técnica permite determinar con detalle trazar la alimentación de cada especie analizando la incorporación de los isótopos de las presas a los tejidos del depredador.
Un equipo científico de los centros oceanográficos de Santander y Baleares del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) ha desarrollado una innovadora metodología que permite explorar las anomalías espacio-temporales en los isótopos estables del medio ambiente, lo que se conoce como la línea base de isotopía, y la influencia de las condiciones ambientales sobre ésta.
Esta nueva técnica, publicada en la revista Progress in Oceanography, constituye un importante avance para poder trazar la historia alimenticia de las especies marinas.
Los isótopos estables son átomos de un mismo elemento químico que tienen diferente número de neutrones y, por tanto, difieren en su peso atómico, pero conservan las mismas propiedades químicas. La abundancia relativa entre distintos isótopos del mismo elemento se denomina firma isotópica y permite trazar la alimentación de las especies gracias a la transmisión de los isótopos desde las presas a los distintos tejidos del depredador.
Para rastrear eficazmente esta transferencia de isótopos entre depredadores y presas, es esencial conocer la cantidad de isótopos presentes originalmente en el medio ambiente, lo que se denomina línea de base isotópica. “El establecimiento de una buena línea base es un proceso complejo que ha generado controversia en la comunidad científica”, explica Juan José Ortiz, investigador del IEO y primer autor del estudio.
“El desarrollo de esta innovadora metodología permitirá mejorar nuestro conocimiento de la estructura trófica de los ecosistemas marinos que nos rodean y cómo y por qué varían estos espacialmente”, apunta Ortiz. “El conocimiento de la conectividad en el océano y en concreto de los procesos que envuelven todo lo relacionado con la alimentación de los organismos marinos, son considerados de suma importancia para el avance de la ciencia, la conservación y buen manejo de los recursos marinos”, concluyen los autores.
CONÉCTATE AL PODCAST DE GACETA NÁUTICA