¿Qué debo hacer si me encuentro con una tormenta?

El Mediterráneo se convierte en esta época en una bomba imprevisible por la inestabilidad meteorológica y es necesario saber los pasos correctos ante una situación de emergencia

La prevención, saber qué hacer y qué se puede esperar, vitales para afrontar esta complicada situación. Imagen: Firewings / Adobe Stock

Nadie está a salvo. Hace solo unos días, el navegante Hugo Ramón nos contaba en su blog en Gaceta Náutica cómo le tocó enfrentarse a una tormenta con granizo y vientos de 65 nudos en una travesía entre Palma y Saint Tropez, al sur de Francia. Ramón contaba cómo la alta temperatura del mar, en contraste con el paulatino enfriamiento de la atmósfera, estaba convirtiendo en esta época del año al Mediterráneo en una bomba imprevisible.

¿Qué debemos hacer si nos encontramos con una tormenta mientras navegamos? Los expertos en emergencias marítimas siempre abogan por la prevención como la mejor solución para evitar problemas antes de que surjan. El nuevo responsable del Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo en Baleares, José Ramón Crespí, insta a anticipar así sustos posteriores: “Siempre que salgamos al mar, debemos consultar previamente el parte meteorológico y, si tenemos la más mínima duda, anular nuestra salida”.

Sin embargo, la inestabilidad atmosférica de estos meses puede generar rápidamente una gran tormenta que nos atrape en sus oscuras fauces. Las tormentas de verano pueden llegar por sorpresa. Suelen ser de corta duración pero ir acompañadas de fuerte viento y granizo.

La electricidad estática puede ofrecernos una primera pista de que estamos en la zona de influencia de una tormenta eléctrica. Si contamos con una radio AM, podemos escuchar un chisporroteo que puede convertirse en un primer aviso de que podemos enfrentarnos a una situación peligrosa.

Si la cosa empieza a torcerse, no está de más establecer una comunicación preventiva a través de la radio con el centro de Salvamento Marítimo más cercano, avisando de que es posible que nos enfrentemos a corto plazo a una situación complicada en el mar. De esta manera, los responsables de las emergencias marítimas permanecerán atentos a la evolución de nuestro barco y nos ayudarán en todo lo posible.

“Una vez estamos navegando, si nos encontramos con mala mar, si estamos navegando a vela, la recomendación sería arriar las velas, como mucho, dejar un pico en el génova”, detalla Crespí. Hay que correr los mínimos riesgos y debemos permanecer en el compartimento interior del barco o en la bañera sin arriesgarnos a pasar por la cubierta. “En el caso extremo de que sea necesario pasar por la cubierta, debemos asegurarnos con una línea de vida para evitar por todos los medios caer al agua”, explica el responsable de Salvamento Marítimo en Baleares. En esas condiciones, una caída al mar es fácil que acabe en tragedia.

La tormenta va a ir siempre más deprisa que nosotros, así que no tiene sentido intentar alejarnos de la zona “Lo que debemos hacer es capear el temporal lo mejor que podamos. Esto se hace de dos maneras: bien dejando el temporal por las amuras de babor o de estribor o dejando las olas por las aletas de babor y estribor. Dependiendo de la fuerzas de las olas y del viento se puede decidir hacerlo de una manera o de otra”.

En caso de tormenta eléctrica, si nos cae un rayo la estructura del barco se encargará de transmitir al mar la energía eléctrica. Sin embargo, debemos tener precaución y no tocar ningún elemento metálico para no recibir una descarga. Si llevamos puesto un calzado específico de seguridad, el riesgo será siempre menor.

Resulta vital llevar el barco en todo momento a son de mar, con todos los elementos perfectamente trincados y sin que haya nada suelto en cubierta. Tenemos que actuar como si en cualquier momento las condiciones pudieran volverse adversas y estar preparados para ello.

Esa prevención que si obviamos, echaremos de menos cuando más la necesitemos, conlleva mantener un perfecto mantenimiento de todos los elementos de emergencia marítima que llevamos a bordo. En primer lugar, los chalecos salvavidas, que siempre debemos llevar puestos, pero también los elementos electrónicos como equipos de comunicación, radiobalizas o los dispositivos de pirotecnia y señalización, así como la barca auxiliar.

En definitiva, la prevención y saber qué hacer y qué se puede esperar en cada momento  son la clave que nos permitirán afrontar con garantías una situación en la que a nadie le gustaría verse envuelto.


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