El pasado 22 de diciembre se reunió el Comité Posidonia, un órgano que nació del Decreto para la conservación de la posidonia en las Islas Baleares. El órgano está formado por alrededor de unas treinta personas, pero el sector náutico, la pesca, la náutica de recreo, los clubes náuticos o el chárter (todos estos actores implicados directamente) únicamente cuentan con dos representantes. Un punto de partida que da a entender la filosofía de este Comité desde el momento de su creación.
Sorprende ver cómo hay cosas que no avanzan. En la primera reunión del Comité (4 de marzo de 2020) se acordó realizar una serie de estudios sobre la afección de los emisarios y las desaladoras a la posidonia. Parece que hay algo, pero no nos mostraron ninguno de estos informes, ni nos comentaron sus resultados. De todas formas, basta ver las dotaciones económicas que se dedican a estos temas para comprobar que no hay mucho interés. Al igual que los campos de boyas ecológicas: desde que en 2018 se tramitó el Decreto por vía de urgencia no se ha instalado ninguno.
Afortunadamente parece que reina bastante sensatez en temas como el de la replantación. Un claro y preciso informe elaborado por el IMEDEA revela que no se trata de una solución muy efectiva. Otra cosa nada discutible es el interés científico que pueda tener.
Incluso sin hacer ningún campo de boyas ecológicas, los resultados que se expusieron en el tema de la vigilancia son significativos. Como ya se ha dicho en estas páginas, de las embarcaciones revisadas en toda Baleares (121.904), por un impacto o posible impacto, tan sólo se movieron el 4,7%. Un dato que habla por sí solo. Es una buena noticia que cada año baje este porcentaje.
Se ha de reconocer la gran utilidad de la aplicación “Posidonia GOIB” que te permite tener la cartografía de la posidonia en el móvil o tableta para el momento del fondeo; es muy útil y bastante precisa. Enhorabuena, una herramienta muy efectiva para la conservación de la planta.
Tenemos informes del SEPRONA que ponen de manifiesto que sólo en la bahía de Palma, y por un único emisario, se han destruido 2.000.000 metros cuadrados de posidonia. Sabemos que hay emisarios que vierten aguas mal depuradas, playas que se cierran por vertidos de aguas fecales y que todo ello tiene consecuencias nefastas para la planta. Pero el asunto no interesa y ni siquiera se menciona en este Comité Posidonia.
Estimados lectores, como ya apuntó el juez en la sentencia del contencioso-administrativo sobre el decreto protección de la posidonia y al igual que algunos biólogos y/o científicos reputados (artículo Hay vida más allá de la posidonia), nuestra administración parece olvidarse deliberadamente de lo importante para centrarse en los aspectos más mediáticos y políticos del asunto.
Ya lo dijo Confucio: “Cuando el sabio señala la Luna, el necio mira el dedo”.