El PSOE defendió una ampliación del puerto 20 veces superior a la que ahora propone la APB

El dirigente socialista Francesc Triay aseguró en 2008 que “el segundo dique es totalmente necesario” y que los impactos medioambientales quedarían “minimizados por el futuro beneficio socioeconómico”

Plan director defendido por el presidente socialista de la APB, Francesc Triay, en 2008.

El PSOE defendió para el Puerto de Palma un proyecto de ampliación “faraónico” que, entre otras cosas, contemplaba la construcción de un segundo dique del Oeste, por fuera del actual, y destinaba el Moll Vell a usos lúdicos y recreativos. Aquel plan, diseñado por el ingeniero de caminos Justo Aguado y avalado en 2008 por el entonces presidente de la Autoridad Portuaria de Baleares, el socialista Francesc Triay, representaba un crecimiento casi 20 veces veces superior al que ahora propone este mismo organismo de la mano de Javier Sanz.

A pesar de esta evidencia, fácilmente constatable en las hemerotecas, el portavoz del PSIB-PSOE en el Parlament de les Illes Balears, Iago Negueruela, denunció el pasado martes que la propuesta de Sanz “añadirá más presión, más carga, más ocio, más restauración, más lujo y menos actividad industrial” al puerto de Palma. El dirigente socialista, obviando lo que su propio partido había defendido, calificó el cambio de usos consensuado entre la APB y el Ayuntamiento de Palma de “macroproyecto”, cuando la realidad es que únicamente contempla rellenos interiores, sin modificar el perímetro portuario, y la instalación, por razones de seguridad, de un muelle exterior. Un día después de las declaraciones de Negueruela, el organismo Puertos del Estado, dependiente del Ministerio de Transportes, anunció por sorpresa su boicot a la tramitación de este proyecto.

La ampliación que plantea ahora la APB es la menos invasiva de cuantas han trascendido desde la época en que Triay presidía la Autoridad Portuaria de Baleares y resulta ridícula si se compara con lo que el PSIB pretendía hacer en el puerto de Palma en la legislatura comprendida entre los años 2007 y 2011, siendo Francesc Antich presidente del Govern y Francina Armengol del Consell de Mallorca.

La ampliación del plan Sanz resulta ridícula si se compara con lo que el PSIB quería para el puerto de Palma en 2008.

Aquel Plan Director, cuyo plano se mantuvo en secreto hasta que Gaceta Náutica lo publicó en 2012, proponía la creación de una enorme nueva dársena para grandes buques mediante la construcción de un segundo dique. En este puerto exterior operarían las grandes navieras y estarían situadas las terminales de carga y de pasaje. El actual muelle de Poniente, donde pueden operar hasta cinco cruceros, es la única herencia del plan Aguado que ha llegado a nuestros días. En esa época ya se pretendía que los astilleros de reparaciones ocuparan una amplia explanada al pie del Castillo de San Carlos, mientras que Moll Vell acogería locales de ocio y equipamientos culturales, usos que Negueruela considera hoy inaceptables.

El plan Aguado, cuyo coste se estimaba en 1.000 millones de euros, contaba con el apoyo de los dos partidos hegemónicos en aquel tiempo: PP y PSOE. La obra se empezó a fraguar en 2005 y dos años después, ya con el Pacte al frente del ejecutivo autonómico, empezó a tomar visos de convertirse en realidad, a pesar de que prácticamente nadie fuera del ámbito portuario y político la conocía en detalle.

Gaceta Náutica entrevistó a Francesc Triay en mayo de 2008. Sus declaraciones fueron claras y contundentes. “El segundo dique del Puerto de Palma es totalmente necesario”, declaró el presidente socialista de la APB, que añadió: “Necesitamos una subvención de 300 millones de euros para el inicio de las obras, que durarán 14 años”.

A las sorprendentemente tibias críticas ecologistas, Triay respondió que la ampliación iba tener “sus impactos” medioambientales, pero confiaba en que éstos quedaran “minimizados por el futuro beneficio socioeconómico”. Por último, rechazó la alternativa del Colegio los ingenieros navales -muy parecida al actual plan Sanz- con una frase que en su día generó bastante polémica: “Ha hecho su aportación y está muy bien, pero se trata de un colectivo de expertos en barcos, no en puertos”.

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