
Flota de charter náutico en el puerto de Palma.
Pocas veces los distintos actores de la náutica se manifiestan de manera unitaria. Cada asociación defiende intereses propios que, en ocasiones, entran en conflicto con el de otros colectivos del sector. Sin embargo, los planes del Govern para “descarbonizar” la flota balear de recreo–información que ha abierto la edición de noviembre de Gaceta Náutica– han propiciado el consenso de hasta diez entidades que califican de “inviable” la pretensión de eliminar los barcos de combustión interna antes de 2030, tal y como ya habían expresado al pódcast de este medio el presidente de la Comisión de Charter Náutico de APEAM, José María Jiménez, y el responsable de la asociación de amarristas, Bernadí Alba.
En un comunicado firmado por las asociaciones de clubes náuticos, marinas, empresas, grandes yates, navegantes y pescadores (casi todas las existentes), el sector náutico señala que una cosa son los deseos y otra la realidad. “No se puede pretender que antes de ocho años las embarcaciones destinadas a chárter sean todas eléctricas cuando no existe una tecnología que lo permita”, señala la nota.
La electrificación, añade, está resuelta únicamente para embarcaciones de pequeña eslora y para navegaciones costeras muy próximas, no para los barcos de alquiler que “no van a tocar puerto en largos periodos”. Los firmantes del manifiesto no ven posible que el Govern pueda vetar las licencias a los chárter con motorización tradicional, tal y como se contempla en un borrador de decreto de la Dirección General de Cambio Climático, el cual también menciona la prohibición de otorgar amarres a barcos que no sean “cero emisiones” a partir de 2030.
COMPROMISO
“El sector náutico balear –concluye el comunicado– tiene un compromiso serio con el medio ambiente; se está trabajando en proyectos de energía undimotriz, tenemos el primer carro de varada a nivel nacional eléctrico, tenemos la primera instalación náutica en España neutral en emisiones, se trabaja en proyectos punteros para la transparencia de las aguas portuarias, desde las distintas asociaciones de pesca se colabora con entidades científicas en seguimiento y marcado de especies, las asociaciones de navegantes trabajan para difundir el cuidado del medio marino… No cabe duda que como en cualquier sector, hay mucho por hacer y corregir, pero para legislar no se puede tirar de deseos sin más; hay que tener un conocimiento de la materia y una base técnica importante. Y, sobre todo, diálogo con los implicados”.
El polémico borrador, que no ha sido hecho público ni sometido aún al pertinente trámite de alegaciones, lleva por título Avançament objectius i governança (sic) y propone la modificación de numerosos artículos de la Ley 10/2019, de 22 de febrero, de cambio climático y transición energética.
El objetivo de estas alteraciones es, según el breve preámbulo del documento, «establecer medidas urgentes para afrontar las consecuencias derivadas de la emergencia climática, así como rebajar la dependencia energética exterior de las Islas Baleares».
ARTÍCULOS POLÉMICOS
El texto propone la inclusión de un nuevo artículo 67 bis referente exclusivamente a «embarcaciones y motos náuticas», en cuyo punto segundo se lee: «Las empresas de alquiler deberán reducir su dependencia de los combustibles fósiles, substituyendo progresivamente su flota y llegando a 2030 totalmente libre de emisiones». La Dirección General de Cambio Climático considera asimismo necesaria la modificación del artículo 37, incluyendo el siguiente apartado tercero: «Sólo se podrán conceder nuevos amarres en los puertos de titularidad autonómica [sin especificar si éstos son de gestión directa o incluye también a los concesionados] para embarcaciones que sean cero emisiones a partir de 2030».
Fuentes del sector naval han asegurado que el borrador «casa» con un proyecto que la Dirección General de Cambio Climático ha dejado caer en reuniones de trabajo, el cual consiste en presentar una suerte de ‘Plan Renove’ para embarcaciones de hasta 12 metros de eslora financiado con fondos europeos Next Generation. La consejería de Transición Energética, liderada por el ex juez Juan Pedro Yllanes (Podemos), se ha propuesto anunciarlo a bombo y plantillo antes de las elecciones autonómicas y municipales del mes de mayo de 2023.
QUIMERA
Expertos en ingeniería naval consultados por GN consideran este plan poco menos que una quimera, al no estar ni mucho menos garantizado que la energía de los nuevos motores eléctricos que se proponen proceda de fuentes renovables, «por no hablar del peso y la gestión de las baterías una vez que haya terminado su vida útil».
El Govern quiere promover el desguace de las embarcaciones de recreo a motor más antiguas a cambio de sustituirlas por otras de propulsión eléctrica. También baraja que los propietarios cambien sus motores diésel o de gasolina por otros que no emitan CO2. En este caso ha trascendido que la subvención sería de 40.000 euros y procedería de un fondo europeo de algo más de 20 millones que el ejecutivo tiene que ‘consumir’ en proyectos relacionados con la mitigación de la «emergencia climática».
Una partida similar (otros 20 millones) se pretende destinar a la instalación de cargadores eléctricos para barcos en los puertos autonómicos.
«Es un proyecto muy bonito, pero, al igual que ocurre con los coches, presenta serias debilidades. Lo de los motores eléctricos hay que cogerlo siempre con pinzas; no porque no estén desarrollados, pues existen desde hace mucho tiempo, sino porque no se puede garantizar que la electricidad proceda de fuentes renovables, y porque nadie habla de qué haremos con todas las baterías una vez que hayan dejado de funcionar», explica un ingeniero conocedor de las intenciones del Govern.
Los diferentes actores del sector confían en que el borrador sea una «declaración de intenciones a mayores» y en que el texto se vea matizado una vez sometido al control de las alegaciones. Usuarios y empresas coinciden en que el efecto de la náutica de recreo sobre el cambio climático no guarda proporción con la adopción de medidas tan drásticas y que no se pueden equiparar coches y barcos. «Un barco de chárter con la batería de un Tesla no llegaría ni a salir de la Bahía de Palma. No saben de lo que hablan», zanja José María Jiménez.