“Recuerda que las orcas están protegidas y no debes causarles daño, molestia o inquietud”. Este es el mensaje difundido por la Dirección General de Marina Mercante tras el último caso de naufragio de un velero vinculado a estos cetáceos el pasado domingo en la zona del Estrecho.

El departamento del Gobierno responsable de todos los asuntos relacionados con la navegación en España argumenta que la seguridad de los navegantes no debe estar reñida con el bienestar de las orcas, pues son animales protegidos. En concreto, la subpoblación de orca ibérica en la que se inscriben las 16 Gladys identificadas que protagonizan las interacciones no supera los setenta ejemplares, según datos de Alfredo López, portavoz del Grupo de Trabajo de la Orca Atlántica. Estos impresionantes animales están catalogados como vulnerables en España.

Marina Mercante aconseja que, en caso de interacción con orcas, no detengamos nuestra embarcación y nos dirijamos hacia la costa, a aguas menos profundas. Llama la atención esta recomendación cuando en años anteriores se abogaba por detener el barco en casos de interacción pues así, en teoría, disminuía el interés de los cetáceos.

Por otro lado, Marina Mercante precisa que las personas que estén a bordo deben ubicarse en una zona central del barco para estar a salvo de posibles movimientos bruscos, como consecuencia de la acción de las orcas.

Aparte de eso, el organismo dependiente del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible insta a contactar con el Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo, donde podrán indicarnos qué debemos hacer en cada situación concreta.

En último lugar, solo si fuera posible, Marina Mercante solicita que se tomen imágenes del encuentro con los cetáceos para ayudar a los investigadores a comprender mejor su comportamiento y a la Administración a mejorar y adaptar la normativa de seguridad en estos casos.

El último caso de naufragio relacionado con orcas tuvo lugar el domingo por la mañana. El velero de chárter de 15 metros Alboran Coñac se fue a pique 14 millas al suroeste del Cabo Espartel, en la costa norte de Marruecos, tras una interacción con un grupo de estos cetáceos que originó una vía de agua en el barco. Sus dos tripulantes fueron rescatados por un petrolero que navegaba por la zona y evacuados a Gibraltar.