A BABOR Y A ESTRIBOR

BARTOMEU BESTARD

Presidente y CEO de Alcudiamar. Empresario y abogado, cuento con formación superior en Administración y Dirección de Empresas. Llevo más de 40 años, toda mi vida profesional, dedicado a la creación y gestión de infraestructuras náuticas. He presidido la patronal FENIB cuando aglutinaba al sector náutico, y también ANADE representando a marinas y clubes náuticos. Mejor unidos que separados. Me gusta el mar, su gente y su cultura colaborativa, que respeta el criterio independiente para poder opinar a babor o a estribor.

El imperio de la ideología

¿Por qué está vetada en Alcúdia la reparación industrial de embarcaciones mientras se promueve en el puerto de Palma? ¿Por qué las autoridades medioambientales impulsan el desarrollo de un emisario submarino en la Bahía de Alcúdia? La lista de preguntas ocuparía varios folios.

El mantenimiento de barcos está bien visto en Palma, pero no en Alcúdia. ¿Por qué?

En más de una ocasión he defendido que en determinadas aspectos de la cosa pública no debería ser la ideología la que primara en la toma de decisiones. Evidentemente esto en sí mismo también es ideología. Veamos a qué me quiero referir.

Como empresario localizado en Alcudia hay cuestiones que me chirrían. Uno no alcanza a comprender cómo en Alcudia se pueden imponer determinadas actividades portuarias, por otra parte necesarias, que acarrean externalidades de carácter medioambiental, mientras otras actividades, que se localizan y expanden sin ningún problema en puertos como el de Palma, están vetadas en Alcudia. Me estoy refiriendo a la actividad de reparación industrial de embarcaciones de recreo, o a la actividad misma de oferta de atraques.

Recientemente los órganos ambientales de nuestra Comunidad Autónoma han vetado inversiones que no han tenido ninguna oposición en otros destinos, tanto en el ámbito de Puertos del Estado como en el ámbito autonómico. Estos vetos se han “argumentado” con informes de opinión cargados de ideología que incluso contradicen las directrices del propio Ministerio de Transición Ecológica para este tipo de obras (véase obras en puertos autonómicos como Andratx o Cala Ratjada, por identificar algunos).

Esta situación tan chocante no solo se ha producido en asuntos portuarios, sino que también la hemos observado en la reciente compra de la central eléctrica de Alcudia por parte del Consell Insular de Mallorca.

Nada más lejos de mi intención que criticar la decisión adoptada, máxime con el proyecto impulsado por el Ayuntamiento de Alcudia, Alcudia Tech Mar. Sin embargo, después de décadas de abandono y con más que posibles problemas medioambientales por no dar respuesta a la necesaria descontaminación del suelo, a uno le surgen muchas dudas y preocupaciones.

¿Por qué han pasado tantos años y quién tuvo la responsabilidad durante este tiempo por los daños que se hayan podido producir en el medio ambiente? ¿Por qué no se ha aplicado en este caso la norma de “quien contamina paga”?

¿Por qué era tan malo un inversor al que se acusó de ser un fondo extranjero especulativo, sin ninguna evidencia, pero nadie se ha preguntado quiénes eran los propietarios de los terrenos adquiridos?

¿Por qué era tan malo que una empresa, a cambio de asumir el coste de la descontaminación, obtuviera un rendimiento urbanístico para recuperar su inversión como de hecho ha llevado a cabo en otros lugares con similar problemática? ¿Por qué si no gustaba el uso residencial no se le ofreció la posibilidad de desarrollar espacio industrial logístico, o incluso viviendas para los residentes de Alcudia tan necesarias?

Y puestos ya a evidenciar contradicciones, ¿cómo es posible que se impulse sin ningún impedimento por parte de las autoridades ambientales el desarrollo de un emisario en la bahía de Alcudia, pero no hayan prestado ningún interés al emisario existente en una zona tan preciada como Aucanada? Quiero recordar que tuvo que ser el Ayuntamiento de Alcudia quien resolviera el grave problema de obsolescencia de la depuradora.

La lista de preguntas podría alargarse unos cuantos folios. Pero lo que a todas luces parece evidente es que nos encontramos ante un caso flagrante en que las decisiones se toman desde la ideología y no desde criterios técnicos medioambientales ampliamente reconocidos. Y así estamos.

Nuevos retos, viejos problemas

La náutica precisa de una alta dosis de simplificación administrativa, que, sumada a la innovación, la tecnología y la sostenibilidad, permita desarrollar su gran potencial

El año que se nos va

A nivel legislativo, lo más destacable fue la modificación de la Ley de Puertos del Estado para que las concesiones portuarias anteriores a1992 puedan beneficiarse del sistema de prórrogas

Las tarifas de los amarres

Lo razonable sería que la APB las liberara los precios. Esto permitiría que los amarres de tamaño más reducido, la conocida náutica social, pudieran disfrutar de tarifas más bajas.

Los retos de Javier Sanz en la APB

Formación, conocimientos, experiencia, templanza, liderazgo y capacidad de gestión son cualidades que se concitan en la persona del nuevo presidente de la APB

La gobernanza de la APB

El Consejo debería estar formado por personas de perfil técnico

Es la hora de la política

La modificación de la Ley de Puertos del Estado para que las concesiones anteriores a 1992 puedan acogerse a prórrogas elimina una discriminación y es paradigma de la importancia de las buenas prácticas legislativas.

El partido náutico

«No es descabellado pensar en la aparición de plataformas electorales en defensa de nuestro sector, como ha ocurrido en Países Bajos con los agricultores»

El mantra de la saturación

El uso de las embarcaciones en Baleares es sumamente estacional, incluso más que el turismo convencional, ya sea residencial u hotelero.

Luego lloraremos...

La administración pública ha logrado llevar al sector del mantenimiento de yates a una guerra fratricida

La innovación en las instalaciones náuticas

La innovación debe ser algo más que un bonito discurso, y solo se alcanza a través de la libertad de empresa y la imaginación de sus gestores.

El REB y el sector náutico

La Ley del Régimen Especial de las Illes Balears. (Ley 30/1998) ya identificaba el sector náutico como clave para el futuro de la economía balear

La hora de la alta política para el sector náutico

La Constitución y el Estatuto de Autonomía contemplan la competencia autonómica de los puertos deportivos, pero la APB necesita los ingresos de este sector para garantizar su independencia financiera.

Los ‘fondos buitre’ del sector náutico

Han aparecido en escena “depredadores” que buscan quedarse con un fondo de comercio que ni les es propio ni han contribuido a crearlo

Alcudiamar, tres décadas de singladura hacia buen puerto (y II)

El objetivo la reforma integral de la instalaciones ha sido conjugar en todo momento el desarrollo del negocio con el cuidado del entorno

Alcudiamar, tres décadas de singladura hacia buen puerto (I)

Hemos mejorado en muchos aspectos, pero siguen latentes muchos de los demonios que atenazan a la sociedad y por ende al desarrollo de nuestro sector

Por una economía azul, sin excusas verdes

La larga tradición de los mestres d’aixa, fabricantes de llauts y embarcaciones hoy se imbrica con la actual industria de la reparación y mantenimiento, conformando un potente sector

La imprescindible seguridad jurídica (y II)

Parece justo y razonable favorecer la continuidad de aquellos concesionarios y gestores que han desarrollado en los puertos potentes infraestructuras turísticas e industriales

La imprescindible seguridad jurídica (I)

Parece claro que algo está fallando en el diseño de las reglas de juego cuando se alcanzan unos niveles de litigiosidad tan elevados: es el momento de repensar el sistema