El día 11 de octubre del 2022 se ha debatido en el Parlament de les Illes Balears una moción relativa al control de los fondeos sobre posidonia, promovida por el portavoz del Grupo Parlamentario Mixto, Josep Castells i Baró, miembro de la formación política MÉS per Menorca. 

Constaba de catorce puntos, que a grandes rasgos, podríamos resumir:

• Una marcada preocupación por aumentar los medios materiales y humanos para la vigilancia del fondeo y potestad sancionadora. Respecto a este tema, hacer referencia a las cifras que viene proporcionando el Conseller de Medi Ambient i Territori al finalizar cada temporada, en cuanto al bajo porcentaje de incumplimiento por parte de los navegantes que constatan las embarcaciones de vigilancia. Particularmente pienso que es formidable intentar mejorar, pero tal vez no con más normativa, más vigilancia, más medios… Hay otras formas de mejorar, pero hay que regirse por un tipo de gestión medioambiental menos visceral y más equilibrada.
• Es curioso que varios de los puntos de la iniciativa hacen referencia a solicitar el cumplimiento de lo marcado por el Decreto para la conservación de la posidonia en las Islas Baleares (D 25/2018 de 27 de julio). Recordemos que es un Decreto que se tramitó por vía de urgencia y que, cuatro años después, no existe ni uno de los campos de boyas que dicha normativa proyectaba. En esta iniciativa se solicita un inventario de impactos en las praderas de posidonia y el Plan de seguimiento de las mismas. Suerte que son afines los quienes lo solicitan; si lo pidiera el sector náutico, a saber con qué demagogia habrían salido. 
• Otro de los temas a los que dedica varios puntos es al Comité Posidonia. Si recuerdan, hace pocas fechas, el pasado mes de diciembre, un servidor, bajo el título Comité Posidonia: cuando el sabio señala la luna, el necio mira el dedo, ya exponía la improductividad de dicho Comité. Se diseñó con una mayoría de miembros afines, que aseguraban un tránsito intestinal tranquilo, sin posibilidad de progresar ningún tema o iniciativa no deseada. Hemos tenido tiempo en los cuatro años de hacer cuadernillos adoctrinadores, pero a día de hoy, un servidor como miembro del mismo todavía estoy esperando el informe que se acordó el 4 de marzo de 2020 sobre la afección de los emisarios y las desaladoras a la posidonia.

​​​​“Piano, piano, si arriva lontano”. El sector náutico ha visto como iban cobrando cuerpo y razón sus argumentos:

• La justicia ya tildó el Decreto como una normativa sesgada por no incluir los emisarios, una de las principales amenazas, por la implicación del Govern en este tema.
• En un acto organizado en Palma por una entidad ajena al sector náutico, al que tuve la oportunidad de asistir, y del que saque una nota llamada Hay vida más allá de la posidonia, invitaron a un prestigioso científico catalán, que cuantificó la posidonia que se vería afectada si todo el fondeo se hiciera sobre esta planta, cosa que afortunadamente no sucede, resultando un porcentaje que hasta la fecha nadie de aquí había osado revelar. 
• El sector náutico, antes de la salida del Decreto, concretamente el 20 de marzo de 2018 en la Cámara de Comercio, presentó un estudio en el que, entre otras cosas, exponía la masacre en las praderas de posidonia de la Bahía de Palma debido a los emisarios. El SEPRONA con posterioridad, a petición del juez, elaboró un informe en este sentido, corroborando este delito medioambiental: 2.000.000 de metros cuadrados destruidos por un solo emisario.
• Y ahora un partido político del propio Govern pone negro sobre blanco el incumplimiento y las carencias del “Decreto pionero”, y para más satisfacción, reconoce la falta de operatividad del Comité Posidonia, aportando su pequeño granito de arena avalando las tesis del sector náutico y, por ende, a dejar claro el despropósito de gestión medioambiental del Govern. Ser agradecidos es de bien nacidos, por lo que MÉS per Menorca, gracias.