Vídeo submarino del ataque un grupo de orcas al velero de regatas Milai.
En agosto se cumplirán tres años del primer ataque de un grupo de orcas a un velero de regatas de la Armada en aguas de Baiona. Aquel fue el primer caso documentado en España de un fenómeno que no ha cesado desde entonces y cuyos episodios se cuentan ya por centenares en el área comprendida entre la costa de Brest (Francia) y el Estrecho de Gibraltar.
Los ejemplares involucrados en estos incidentes forman una especie de pandilla, a la que los biólogos que estudian el caso han bautizado como las Gladis, pero nada se sabe a ciencia cierta sobre por qué, de un día para otro, estos enormes, bellos e inteligetísimos aninales decidieron declararle la guerra a las embarcaciones a vela que penetran en sus dominios.
La mayoría de las veces se conforman con arrancar la pala del timón, pero también se han dado casos en que las naves han terminado zozobrando. El último se produjo el pasado 4 de mayo frente a las costas de Barbate, cuando un velero fue arremetido por tres orcas, dos crías y una adulta. “Las pequeñas golpeaban el timón desde la parte de atrás, mientras que la orca grande retrocedió repetidamente y embistió el barco con todas sus fuerzas desde un costado”, relató Werner Schaufelberger, capitán del Champagne, a la publicación Yacht. Una lancha de Salvamento Marítimo acudió al rescate de la tripulación y trató de remolcar el barco hasta el puerto de Barbate, pero las vías de agua sufridas durante el ataque hicieron que se fuera a pique antes de cruzar la bocana del puerto.
Gaceta Náutica ha tenido acceso a una serie de vídeos inéditos que muestran la manera de actuar de las orcas. Las imágenes fueron tomadas hace justo un año a bordo de la embarcación Milai, durante la regata Global Ocean Race alrededor del mundo. La embarcación patroneada por el navegante italiano Andrea Fantini se dirigía a Tánger, procedente del puerto francés de Lorient, cuando media docena de orcas empezaron a perseguirla y a morder sus dos timones. “Tratamos de hacer ruido golpeando la cubierta con el bichero y hasta desprecintamos el motor para ponerlo en marcha y ver si así se marchaban, pero no sirvió de nada: se fueron cuando ellas así lo decidieron”.
La interacción se prolongó por espacio de media hora, hasta que las orcas consiguieron llevarse como trofeo una de las dos palas del timón del Milai. Una cámara submarina instalada junto a la quilla registró con nitidez la maniobra de aproximación y el ataque de una de las orcas. Hasta entonces nunca se había podido observar tan claramente la manera de actuar de estos cetáceos. Fantini no pensó en ningún momento que su barco pudiera naufragar, ya que se trata de un modelo equipado para navegar en conciciones extremas y prácticamente insumergible, pero la situación hubiera sido distinta en un velero "más pequeño".
Los apéndices del Milai, como los de la mayoría de barcos de regatas offshore de alto nivel, están pintados de color naranja fluorescente para ser más visibles a los equipos de rescate en caso de vuelco. Fantini no cree que este factor influya en el comportamiento agresivo de las orcas ni que éstas confundan los barcos con otras presas por el color de las patentes de su obra viva. “Pero no tengo ni idea de por qué hacen esto, es algo que no había visto antes en toda mi vida como navegante”.
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